Toluca, Méx. La mantiene vivo el recuerdo del entrenador de los Potros Salvajes de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Alberto “Chivo” Córdova Ladrón de Guevara, al conmemorar el 47° aniversario luctuoso, en el emblemático estadio de Ciudad Universitaria que lleva su nombre.

El aniversario luctuoso fue encabezado por el secretario de Rectoría, Marco Aurelio Cienfuegos Terrón, en representación del rector Carlos Eduardo Barrera Díaz, quien estuvo acompañado de la comunidad universitaria, así como integrantes de los equipos juveniles, entrenadores e invitados especiales.

Durante la ceremonia solemne, Aurelio Cienfuegos recordó el legado del emblemático entrenador Alberto “Chivo” Córdova, quien dejó huella en el deporte universitario y en los atletas que con orgullo y honor visten los colores de los Potros Salvajes.

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“Nos encontramos aquí reunidos en este emblemático estadio universitario con el corazón lleno de emoción, de respeto y de gratitud, para rendir homenaje a un hombre cuya huella, no solo en el deporte universitario, sino en la vida misma, es imborrable: Don Alberto “Chivo” Córdova Ladrón de Guevara, su legado no solo se vive en cada rincón de nuestra Universidad, sino en el alma de cada uno de nosotros, en el espíritu de todos los atletas que con orgullo y honor visten los colores de los Potros Salvajes”, señaló Cienfuegos.

Alberto “Chivo” Córdova dejó huella en el deporte universitario / Foto: Especial
Alberto “Chivo” Córdova dejó huella en el deporte universitario / Foto: Especial

Aurelio Terrón resaltó que el entrenador fue un pionero y un líder indiscutible, que a través del futbol americano cambió el estilo de vida de los deportistas y estableció los cimientos de lo que actualmente son los Potros Salvajes.

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“Hablar de Alberto "Chivo" Córdova es hablar de un hombre que no sólo fue un pionero, sino también un , un líder incansable que, con su visión, entendió que el deporte es mucho más que una competencia, el deporte es una escuela de vida, un espacio en el que se forjan valores que acompañan a cada persona durante toda su existencia, a través de su entrega total, su dedicación, su pasión desbordante por el futbol americano, don Alberto transformó vidas, construyó generaciones de atletas y estableció los cimientos de lo que hoy son Potros Salvajes, un verdadero símbolo de excelencia y fraternidad, pero el legado de don Alberto no se mide solo en trofeos, las victorias o los campeonatos que acompañó, su legado va mucho más allá de eso, es el reflejo de los valores que inculcó en cada uno de sus jugadores: la disciplina que nunca abandona, la perseverancia que nos impulsa a levantarnos después de cada descalabro, el amor incondicional por esta institución que él consideraba su casa y, sobre todo, la unidad que nos mantiene juntos como equipo”, indicó Aurelio Cienfuegos.

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