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Toluca, Méx. Ante la volatilidad en la relación económica entre México y Estados Unidos, es necesario que el país diversifique sus mercados de exportación para reducir la dependencia comercial.
De acuerdo con el doctor Dante León Ortega, investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), aunque esta estrategia ayudaría a limitar la presión estadounidense, su implementación ha sido tardía.
Explicó que los lazos comerciales entre ambas naciones se han consolidado tras décadas de intercambio y proximidad geográfica, por lo que buscar otros mercados, aunque recomendable, no es un proceso sencillo.
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México se ha consolidado como el principal proveedor de autopartes para Estados Unidos, alcanzando una participación del 43 por ciento en las importaciones estadounidenses de este sector durante 2024, según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos. Este crecimiento es notable si se considera que en 2007 México aportaba el 29.8 por ciento de las autopartes importadas por Estados Unidos.
La evolución de la industria de autopartes mexicana ha sido significativa en las últimas décadas, superando a otros proveedores tradicionales. Hace diez años, México suministraba el 33.85 por ciento de las autopartes importadas por Estados Unidos, mientras que Canadá y China tenían participaciones del 12.62 por ciento y 12.1 por ciento, respectivamente.
La sólida integración de las cadenas de suministro entre México y Estados Unidos ha sido clave para este logro. La proximidad geográfica y los acuerdos comerciales han facilitado una colaboración estrecha en el sector automotriz, beneficiando a ambas economías y fortaleciendo la posición de México como líder en la exportación de autopartes al mercado estadounidense.
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Desde hace mucho tiempo se ha hablado de la necesidad de diversificar los mercados para reducir la dependencia con Estados Unidos. Sin embargo, esto debe hacerse de manera gradual, no es posible lograrlo de inmediato,
León Ortega.
Los costos de traslado, la falta de tratados comerciales, los aranceles y el tiempo necesario para establecer acuerdos y dinámicas de trabajo dificultan este objetivo.
Además, mencionó que actualmente no existen canales de comercio bien estructurados con otras naciones, incluso con las del bloque BRICS (Rusia, India, China y Brasil), donde la distancia geográfica representa un desafío. Establecer estos vínculos es necesario, aunque sus beneficios serán visibles a largo plazo.
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El especialista señala que la situación comercial representa un escenario de riesgo y oportunidad para ambas naciones. En caso de una ruptura, tanto México como Estados Unidos enfrentarían pérdidas significativas.
Este factor, afirma, es un elemento clave en las negociaciones comerciales. Sobre la postura de Donald Trump respecto a la presión económica, prevé que podría moderarse con el tiempo y los principios de libre mercado que han caracterizado a Estados Unidos. También destacó la estrategia conciliadora y de negociación de la presidenta Claudia Sheinbaum.
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