Temascaltepec, Méx. — Asentada a las faldas del Nevado de Toluca, en un punto frontera entre Texcaltitlán, Coatepec Harinas y Zinacantepec, está el ejido de Santa María del Monte, donde la comunidad de Agua Blanca es un ejemplo de la marginación y la pobreza que se vive en el siglo 21.
El sitio padece el rezago que genera la distancia con la zona metropolitana y una geografía adversa.
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En entrevista con EL UNIVERSAL Estado de México, la señora María Guadalupe Velasco Corral, hoy pilar del hogar que comparte con sus dos nueras y sus tres nietos, recuerda que hace apenas siete años llegó la energía eléctrica a sus calles, como muestra de un tránsito lento hacia una tenue modernidad.
Tiene poco tiempo… nada más nos alumbrábamos con velas, con cera, el ocote o la misma madera
aseguró la ama de casa.
Actualmente, la comunidad en donde se cuentan unas 30 viviendas dispersas, la mayoría hechas de madera, retratan un tiempo que se ha detenido; María expone que en los 60 años que ha vivido en Agua Blanca no ha habido cambios sustantivos; las calles, infraestructura y casas se mantienen igual.
Lo que tampoco ha cambiado es la pobreza, reconoce. Pues, así como cuando llegó de pequeña, los hombres tienen que salir a trabajar a municipios vecinos dejando la comunidad en manos de las mujeres.
Salen los maridos a trabajar en donde les llega un trabajito pues tienen que irse, ya nomás nosotros nos quedamos como mujeres a cuidar lo que tenemos en el hogar… a veces vienen, pero solo los sábados y el domingo, luego no vienen porque es un gasto venir diario
lamentó
Esta separación se extiende en promedio 15 días o hasta un mes, tiempo en el que regresan únicamente para dejar pocos recursos y una vez más regresar a su actividad como albañiles en municipios como Toluca o Metepec.
En las visitas, las mujeres reciben entre mil o mil 500 pesos para la manutención de los hogares.
Otro indicador visible de la pobreza es el nulo comercio del lugar, pues en la localidad la tienda de abarrotes más cercana está a 20 minutos de una ardua caminata, casi en la zona de Texcaltitlán.
Para el transporte, los habitantes dependen de camiones que pasan esporádicamente por la avenida, y prefieren el andar a pie porque consideran que el costo de los taxis colectivos es demasiado alto.
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Denuncian que los servicios de salud están reservados sólo a emergencias, por lo que los pobladores deben acudir a Texcaltitlán o Zinacantepec para poder recibir atención médica, de lo contrario los remedios caseros es la única opción.
María Guadalupe considera que el frío extremo que se siente incluso al medio día hace imposible sembrar cualquier cosa de forma eficiente, pues el grano no se logra.
Pese a este escenario, afirma que se vive bien y que es feliz en la localidad de Agua Blanca.
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