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Toluca, Méx. — El secretario del Congreso Agrario Permanente del Estado de México, Aldo Rodríguez, afirmó que, ante el empobrecimiento del campo, 8 de cada 10 jóvenes de familias campesinas mexiquenses emigran a zonas urbanas en busca de trabajos mejor remunerados.
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Lamentó que, cada día, disminuya el interés de las personas por trabajar en el campo debido a lo poco rentable que se ha vuelto esta actividad. Principalmente, las nuevas generaciones prefieren dejar sus comunidades para trabajar en fábricas o comercios.
La migración de las nuevas generaciones de familias campesinas dijo, impacta en la productividad de las tierras, lo que se suma a otros retos como los cambios climáticos o la falta de apoyo gubernamental.
Nuestro campo mexiquense cada vez se hace más viejo, los jóvenes emigran a otros lugares por la falta de oportunidades, esto repercute demasiado en nuestra producción y, por lo tanto, afecta los diferentes niveles productivos
comentó
Lamentó que el campo mexiquense enfrente múltiples retos, por lo que llamó a las autoridades estatales y federales a dialogar con el sector para encontrar soluciones efectivas acordes a las necesidades del territorio.
Siempre hay propuestas, por parte de nuestros jóvenes, por parte de los campesinos, y es ahí donde entramos como organizaciones. En cada uno de los municipios, hay que conocer y te das cuenta de las carencias que tienen
añadió Rodríguez
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Pese a lo anterior, reconoció que se han realizado acciones favorables; sin embargo, reiteró que aún hay muchos retos por superar para mejorar la calidad de vida de los campesinos y sus familias.
Cabe destacar que, en la entidad, la superficie destinada al cultivo de maíz ha disminuido a lo largo de los años, al pasar de 570 mil hectáreas a 470 mil, debido al crecimiento de la mancha urbana, los cambios climáticos y el abandono gubernamental.
Las principales afectaciones provienen de la sequía en el 90 por ciento de los casos, el 7 por ciento por lluvias e inundaciones, el 2 por ciento por granizadas, heladas y vientos, y el 0.8 por ciento por incendios. Y aunque la mayoría de los cultivos afectados son de maíz, también hubo daños en cebada, avena, habas, frijoles, hortalizas y flores.
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