Atlacomulco, Méx. En Santiago Acutzilapan, una comunidad que ha enfrentado históricas carencias en materia de salud, se levanta la estructura inacabada de lo que se prometió sería un moderno hospital para atender las necesidades de esta región del Estado de México.
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Anunciado en 2012 con una inversión inicial de 15 millones de pesos y proyectado para concluirse en dos años, el hospital permanece abandonado, convertido en símbolo de promesas incumplidas. En el lugar, bloques de cemento, varillas y una estructura en obra negra, dejan sentir el abandono.
La obra, que años después alcanzó un presupuesto acumulado de 100 millones de pesos, debía aliviar la saturación de los hospitales en Atlacomulco y garantizar servicios médicos de calidad a las familias de Santiago Acutzilapan y comunidades aledañas. Sin embargo, la realidad ha sido otra.
Desde que comenzaron la construcción, nos ilusionaron con un cambio. Pero han pasado 12 años y seguimos esperando
Clara Pérez, vecina de la comunidad
Ahora tenemos que viajar a Atlacomulco, como siempre ¿verdad?, pero los hospitales allá están llenos y no siempre hay medicamentos
Clara Pérez
La situación no es nueva. Los hospitales de Atlacomulco, a los que recurren los habitantes de Santiago Acutzilapan, operan al límite de su capacidad. El personal médico ha denunciado constantemente la falta de insumos, la sobrecarga laboral y la falta de formalidad en sus contrataciones.
Estas deficiencias afectan no solo a quienes buscan atención, sino también a los trabajadores del sistema de salud, quienes enfrentan desafíos diarios para brindar un servicio adecuado.
En medio de este panorama, la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, anunció recientemente que su administración rescatará y concluirá el hospital.
El anuncio ha sido recibido con escepticismo por parte de la población local, quienes consideran que esta promesa podría tardar años en cumplirse.
Nos dijeron que lo van a terminar, pero ya no creemos en palabras. Nos hace falta este hospital ahora, no en seis o más años, estoy seguro de que podrían llevarse un sexenio más
Clara Pérez
La percepción de abandono es profunda entre los vecinos. Para muchos, el hospital representaba una esperanza tangible de mejorar sus condiciones de vida y acceso a servicios básicos.
El hospital de Santiago Acutzilapan no solo simboliza la falta de atención gubernamental a las necesidades de la región, sino también el impacto de las políticas inconclusas en la vida cotidiana de miles de personas.
En esta comunidad, las necesidades médicas son urgentes, las madres viajan kilómetros para consultas pediátricas, los adultos mayores carecen de atención cercana, y los pacientes crónicos enfrentan largos desplazamientos en condiciones precarias. Sumado a las atenciones prehospitalarias, las cuales enfrentan un camino casi obsoleto, lleno de baches.
Aunque el compromiso de la actual administración genera cierta esperanza, los habitantes insisten en que las autoridades deben acelerar los trabajos y garantizar un cumplimiento real.
Nos hace falta más que promesas; necesitamos acción. Si lo empiezan ahora, puede que nuestros hijos lo vean terminado
José Martínez, otro vecino afectado
La estructura, que alguna vez fue un proyecto ambicioso, hoy permanece como un recordatorio de la distancia entre las promesas y los hechos.
Mientras la gobernadora Delfina Gómez asegura que esta obra no se quedará en el olvido, la comunidad de Santiago Acutzilapan enfrenta otro invierno sin su hospital, con la incertidumbre de cuánto tiempo más tendrán que esperar y en medio de demandas que exigen cuentas claras sobre el total de inversión hecha por dos administraciones priistas.
En 2012, cuando se anunció la construcción del hospital en Santiago Acutzilapan, el entonces gobernador del Estado de México era Eruviel Ávila Villegas, quien ocupó el cargo desde el 16 de septiembre de 2011 hasta el 15 de septiembre de 2017.
Durante su administración, se promovieron diversas obras públicas como parte de su plan de gobierno, incluyendo la construcción de hospitales y centros de salud, aunque varias quedaron inconclusas, como este caso en Atlacomulco.
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