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Toluca, Méx. La pérdida de zonas de recarga, el crecimiento de la mancha urbana y una dependencia extralimitada a la distribución de agua por trasvase; es decir que el recurso recorra grandes cantidades hasta la zona centro, podrían llevarnos al colapso en la sostenibilidad del recurso de agua en la próxima década.
Durante el Segundo Foro Ambiental de Participación Ciudadana: Cambio Climático, celebrado el miércoles en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Víctor Ávila Akerberg, director General del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt), subrayó la urgencia de desarrollar proyectos de cuidado y reproducción de los denominados “bosques de agua”.
Advirtió que, ante el crecimiento de la mancha urbana en las zonas metropolitanas, urgen mecanismos más eficientes de recarga de los actuales pues hoy cuando llueve en las ciudades no se recupera ni el 20% del agua que se recibe.
Con una proyección de más de 30 millones de habitantes para el año 2030, la zona metropolitana de la Ciudad de México y el Estado de México deberán colocar como gran reto para su supervivencia a la seguridad hídrica.
Estamos gastando demasiada energía para llevar agua a la Ciudad de México, que es la consentida, esto cuando ahí llueve hasta 214 metros cuadrados de agua por segundo, llueve tres veces más de lo que demanda toda la población”, indicó.
El mecanismo para la distribución de agua en la zona centro con el esquema de trasvase, trayendo agua de otros territorios, afirmó, ya no es sostenible ante la gran demanda que se tiene. Muestra de ello, dijo, la crisis hídrica que expuso la falta de lluvia y la situación del sistema Cutzamala, esto cuando apenas responde al 30% de la demanda que se tiene.
El sistema Lerma Cutzamala es un sistema de diferentes drenes que viene desde Michoacán a mil 800 metros sobre el nivel del mar. Pasa por Valle de Bravo hasta el Valle de Toluca Lerma, cruza el bosque de agua a 2 mil 800 metros sobre el nivel del mar con altitudes que requieren energía eléctrica que consume la ciudad de Puebla”, expresó.
Los denominados bosques de agua son los proyectos para la conservación de áreas verdes insertas dentro de la mancha urbana que sirven para mitigar tanto la temperatura como espacios de recarga de los mantos freáticos; es decir es vital que en el crecimiento metropolitano se garantice la conservación de estos espacios verdes.
Enfatizó la necesidad de crear estrategias que hagan rentable la conservación de estas áreas verdes para los propietarios de terrenos, ya que actualmente, los beneficios económicos de la tala ilegal superan ampliamente las compensaciones que reciben por conservación.
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Relató que hoy un ejidatario puede obtener hasta 120 mil pesos por hectárea en actividades de tala ilegal cuando por pago por servicios ambientales apenas reciben mil 500 pesos.
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