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Toluca, Méx. Con un ejército de 3 mil 200 maestros rurales o educadores comunitarios, el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), coordinación Estado de México, busca abatir el rezago educativo de zonas rurales y llevar educación a menores de la comunidad circense ofreciéndoles educación inicial y básica.
En la búsqueda de ofrecer oportunidades de estudio a menores y prepararlos para la vida, Berenice Olmos, coordinadora territorial de CONAFE en el Estado de México, puntualizó que son tres los principales retos que enfrentan los maestros rurales: la distancia al trasladarse a comunidades rurales lejanas, el garantizarles seguridad en sus trayectos y contar con un apoyo económico digno.
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Actualmente, estos maestros quienes han decidido sumarse a la CONAFE a través de un voluntariado social, atienden a 28 mil niños, niñas, adolescentes y jóvenes en la entidad mexiquense, recibiendo una percepción económica de 4 mil 600 pesos al mes, y de seguir estudiando, reciben un apoyo adicional de mil 200 pesos; sin embargo, pese a desempeñar labor de docencia, no se encuentran respaldados por ningún sindicato.
Todos son maestros preparados, profesionistas, somos casi el único estado que tiene un número importante de maestros con preparación profesional. Necesitamos mayor apoyo y recursos para atender a los propios educadores comunitarios porque ellos reciben 4 mil 600 pesos al mes y “Jóvenes Construyendo el Futuro” reciben 7 mil 600 pesos al mes, hay una disparidad entre un apoyo y otro”, recalcó.
A la par, indicó que mientras los beneficiarios de “Jóvenes Construyendo el Futuro” son incorporados de manera directa al IMSS Bienestar, los educadores de CONAFE tuvieron que hacer un esfuerzo adicional para poder contar con seguridad social.
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Otra labor del Consejo es acudir a todos los circos que hay en el país para brindar educación a los menores que viven en estos, contando con una matrícula de 376 educandos que forman parte de la comunidad circense.
¿Cómo enseñan, qué hacen y cómo viven?
Berenice Olmos explicó que los maestros rurales se convierten en parte del circo, pues mientras ellos preparan académicamente a niños, niñas y adolescentes que viven en estos lugares, en la mayoría de las ocasiones la propia comunidad les brinda hospedaje y alimentación, en retribución ellos les ayudan incluso a montar la carpa, vender y buscar a los menores para acercarse al espectáculo.
En el Ciclo Escolar que acaba de terminar logramos que 9 circos tuvieran acceso al programa “La Escuela Es Nuestra”, con el recurso otorgado hoy los circos tienen un camper que funge como una escuelita, tienen su mobiliario y toman clases ya no en la carpa, sino en un espacio propio”, refirió.
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