El logro del derecho a votar de las mujeres tiene sus orígenes en 1848 con el Manifiesto de Seneca Falls y con el nacimiento del primer movimiento sufragista, celebrado en New York, Estados Unidos. Fue organizado por Lucretia Mott y Elizabeth Cady Stanton y dio origen a la Declaración de Seneca Falls, la cual trataba dos puntos importantes: las exigencias para alcanzar la ciudadanía civil y, de otro lado, los principios que deberían modificar las costumbres y la moral.

El camino para lograr el sufragio femenino se ha visto envuelto por diferentes acontecimientos tortuosos. Entre las mujeres más destacadas que lucharon por lograrlo se encuentran las británicas Emmeline Pankhurst, Emily Davison, Millicent Fawcett, Mary Richardson, Maud Watts y Annie Kenney; estas sufragistas se enfrentaron a actos de discriminación y violencia por la lucha de sus derechos civiles. Este movimiento sufragista iniciado en 1848 se extendió por el mundo teniendo como resultado que el 19 de septiembre de 1893 Nueva Zelanda fuera el primer país en autorizar a las mujeres el derecho a votar.

En América Latina, 34 años después, en 1927 Uruguay se convirtió en el primer país en otorgar el derecho al voto a las mujeres; mientras que en México es hasta el 17 de octubre de 1953 con la reforma al artículo 34 constitucional se otorga el derecho a votar a las mujeres, pero fue en 1955 cuando se dan las primeras elecciones en donde pudieron ejercer su derecho a votar para elegir diputaciones federales de la XLIII Legislatura (1955-1958). La primera en depositar su boleta fue doña María Izaguirre de Ruiz Cortines y las mujeres que resultaron electas en esa ocasión fueron: Remedios Albertina Ezeta, por el Estado de México; Margarita García Flores, por Nuevo León; Guadalupe Ursúa Flores, por Jalisco, y Marcelina Galindo Arce, por Chiapas.

En México, a partir de que se reconoció el derecho de la mujer para votar y ser votada, su participación política ha ido en aumento, así como la llegada de mujeres a cargos importantes para la toma de decisiones en los distintos niveles gubernamentales. Sin embargo, de acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral, en estos 71 años que las mujeres en México han podido ejercer su derecho a votar, solo 18 han sido elegidas Gobernadoras y 12 Estados nunca han tenido una mujer al frente del Ejecutivo.

Conmemorar los 71 años del voto femenino en México nos invita a reflexionar sobre la lucha de los movimientos feministas, que gracias a ella se han logrado ampliar las formas de participación política de las mujeres, así como su involucramiento en lo público, el poder decidir sobre sus cuerpos y desarrollarse en al ámbito científico y profesional. Gracias a cada una de las mujeres que han luchado contra el sistema patriarcal, gracias a ustedes hoy se reconoce un mayor número de nuestros derechos y estamos en la búsqueda de contar con un país en donde no sigamos sufriendo más violencia por el hecho de ser mujeres y que llegue el momento en el que podamos caminar libres y sin miedo.

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