Una de las características principales del sistema patriarcal es limitar la participación de las mujeres en los asuntos públicos y, la religión, ha sido desde mi perspectiva, la institución más interesada en relegar a las mujeres al espacio privado. Y no me cabe la menor duda de que la participación de las mujeres dentro de la iglesia católica como institución ha sido un tema de debate y reflexión a lo largo de la historia, resultando interesante que a pesar de que las mujeres constituyen la mayoría de fieles, su acceso a ocupar lugares de liderazgo y poder ha sido históricamente limitado.
A lo largo de la historia de la humanidad las mujeres han tenido roles cruciales en la Iglesia Católica, existiendo numerosas órdenes religiosas fundadas por mujeres que han dedicado su vida al servicio de los demás; asimismo, se encuentran las mujeres laicas que han sido pilares fundamentales en las comunidades parroquiales, participando activamente en obras de caridad y evangelización, inclusive, me atrevería a decir que mucho más en comparación con los sacerdotes.
A pesar de las grandes contribuciones que las mujeres han tenido dentro de la Religión Católica, continúan enfrentándose a diversas limitaciones dentro de esta institución, pues históricamente han sido excluidas de la ordenación sacerdotal y de otros sacramentos del orden, limitando su acceso a posiciones de liderazgo, permaneciendo la idea de subordinación de la mujer al hombre, lo cual ha afectado de manera significativa su participación dentro de la iglesia.
La subordinación de la mujer al hombre dentro de la religión católica ha permeado también de manera general en la sociedad, ya que a partir de esta ideología se ha visto fortalecida la cultura patriarcal, perpetuando roles de género tradicionales que limitan las oportunidades de las mujeres como el ser tomadoras de decisiones dentro de una de las instituciones más influyentes en la sociedad.
Por ello, así como se busca abrir espacios para las mujeres en las instituciones políticas y privadas para que sean líderes y tomadoras de decisiones, es importante no dejar de lado el debate sobre la ocupación de las mujeres dentro de la religión católica, ser conscientes sobre la importancia de que las mujeres tengan acceso a una formación teológica de calidad, tal como sucede con los varones, para que desarrollen de mejor manera sus capacidades y asuman roles de liderazgo y no solo de servicio hacia los hombres líderes católicos.
El tema que hoy se expone en esta columna tiene como finalidad crear conciencia sobre la importancia de que las mujeres también sean líderes dentro de la religión católica para construir nuevas perspectivas de la relación entre la mujer y el hombre, desafiando las interpretaciones tradicionales, las cuales se han caracterizado por estar basadas en prejuicios y estereotipos de género. Por ello, considero que en medida que las mujeres se vuelvan tomadoras de decisiones y líderes dentro de la estructura organizacional de la Religión Católica, el cambio cultural dentro de la sociedad tendrá un mayor y mejor avance hacia una real igualdad de género, pues se trata de combatir miles de años de subordinación del género femenino implementados por la institución más influyente en la estructura social.
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