El maquillaje ha desempeñado un papel significativo en la definición de los estándares de belleza a lo largo de la historia, tanto que era utilizado en las antiguas culturas, como la egipcia, para asociarlo con el estatus social y la espiritualidad. En la actualidad, el maquillaje puede utilizarse para crear una apariencia de perfección o una imagen idealizada de la belleza, misma que es establecida por la sociedad y la industria cosmética.

No se trata de satanizar el uso de maquillaje ni a las empresas cosméticas, pero sí considero que es necesario reflexionar sobre la importancia que la sociedad da al uso de este, pues desde niñas se nos inculca que debemos ser “femeninas” y, para conseguirlo, no solo basta con vestir ropa adecuada, sino también colocar algún producto cosmético en nuestro rostro.

El uso del maquillaje es impulsado también por la difusión y realce en los medios de comunicación. En la actualidad, vemos un sinnúmero de reels de mujeres maquillándose con la finalidad de mostrar a las usuarias de redes sociales las múltiples maneras de conseguir un maquillaje perfecto de manera sencilla. Este tipo de influencia puede tener impactos negativos en la autoestima y la salud mental de las personas, al no poder cumplir con los estándares de belleza establecidos por la industria e influencers, que muestran a diario a través de las pantallas un físico perfecto.

Se le ha dado tanta la importancia al maquillaje para las mujeres que es muy común verlas por las mañanas maquillándose cuando van al volante o a madres de familia hacer lo mismo mientras el padre maneja para llevar a los hijos e hijas a la escuela. Todas esas mujeres que van luchando contra un reloj, el tráfico y poniendo, en ocasiones, en riesgo su propia vida al volante solo por cumplir con un estándar de belleza antes de llegar al trabajo o a la escuela de sus hijos e hijas, es cuando me pregunto: ¿cuánto daño nos ha hecho la sociedad? Como si mostrar tu rostro al natural fuese inaceptable.

El que las mujeres se maquillen mientras van manejando es consecuencia de una presión social, en ocasiones se trata de madres que antes de ocuparse de su aspecto personal tuvieron que cumplir con sus tareas domésticas y de cuidado, por lo que, en su camino al trabajo, aprovechan para arreglar su aspecto personal, cumpliendo así los estándares dictados por una sociedad que les exige perfección. Y no dejemos de lado la serie de insultos machistas en carretera por ser mujeres.

A pesar de lo que hasta aquí se ha mencionado, es importante recalcar que, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 2021, el 14 % de los accidentes automovilísticos en México fueron causados por mujeres, pues, de acuerdo con el Centro Experimentación y Seguridad Vial, son más precavidas en comparación con los hombres.

Como mencioné, no se trata de satanizar el uso de maquillaje, sino de reflexionar sobre los efectos que tiene en la mente de las mujeres, en su autoestima y en la valoración de aceptarse tal y como son, que no se ponga en riesgo la propia vida, y de otros por cumplir con el estándar de belleza y dejar ese tabú de no permitirnos mostrarnos al natural en cualquier espacio.

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