En los últimos 5 años, el comercio electrónico en México ha experimentado un crecimiento exponencial, impulsado por el acceso creciente a internet y el uso masivo de dispositivos móviles. Cada día es más frecuente ver en las calles la entrega de paquetes de compras en línea a todas horas y en cualquier día.
Este fenómeno ha transformado no solo la manera en que las y los mexicanos compran, sino también cómo las empresas operan y se conectan con sus consumidores. Uno de los principales beneficios del e-commerce es la democratización del acceso a productos y servicios. Hoy en día, podemos adquirir una amplia gama de productos, desde ropa hasta alimentos frescos.
En el caso de las y los emprendedores, plataformas como Amazon y MercadoLibre les han permitido ofrecer sus productos y servicios de una manera fácil y sencilla, logrando tener mayor visibilidad y cumplir sus objetivos financieros de una forma acelerada, además de toda la información que éstas plataformas les proveen para conocer los hábitos de consumo de sus clientes.
Sin embargo, el comercio electrónico en México -a pesar de sus ventajas- enfrenta diversos desafíos. Uno de los más significativos es la ciberseguridad; la desconfianza en los métodos de pago en línea, así como los innumerables mecanismos de estafa, hacen que un sector importante de la población aún prefiera el uso de efectivo debido a preocupaciones sobre la seguridad y la privacidad de sus datos.
Otro desafío es la infraestructura logística; aunque las empresas están haciendo esfuerzos para mejorar sus sistemas de entrega, la realidad es que las opciones aún son limitadas, especialmente en zonas rurales, pues los altos costos de envío y los tiempos prolongados de entrega pueden disuadir a los consumidores de optar por comprar en línea.
Además, la competencia desleal y la falta de regulación adecuada es un aspecto importante que se ha dejado a un lado, pues lamentablemente existe un número significativo de empresas que aprovechan la falta de supervisión para ofrecer productos falsificados o de baja calidad, lo que puede erosionar la confianza en las plataformas en línea.
El futuro del comercio electrónico en México tiene grandes oportunidades de crecimiento y consolidación, siempre y cuando se aborden los desafíos mencionados y no únicamente se enfoquen en medidas fiscales para gravar la compra de productos en línea, y que al final del día se vea reflejado en un aumento de precios que afecten a las y los consumidores.
La clave está en fortalecer la confianza del consumidor mediante la implementación de políticas de seguridad robustas y la mejora de la infraestructura logística; la colaboración entre el sector público y privado será fundamental para crear un entorno favorable para el comercio electrónico. Con el enfoque adecuado en la innovación, la seguridad y la infraestructura, México puede posicionarse como líder del comercio electrónico en América Latina.
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