A lo largo de los primeros cien días de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum ha buscado la inclusión del vocabulario en nuestro país. Una constante en las mañaneras ha sido su aclaración de que es Presidenta con A.
Al parecer, muchas personas aún no logran adaptar un lenguaje que va más allá de incluir una letra; para la primera Presidenta de México, esto implica respeto hacia la investidura que representa. Es decir, se trata de hacer valer la equidad de género y garantizar que las siguientes generaciones tengan la oportunidad de ocupar altos cargos en la vida pública y social del país.
Sin embargo, los primeros cien días de gobierno deben significar más que el posicionamiento del término presidenta. Durante este periodo, hemos observado la consolidación de algunos proyectos pendientes de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aunque cien días no representan un avance significativo en comparación con un sexenio completo, son un indicador clave del poder político, el nivel de aceptación y las líneas de acción trazadas por la nueva administración. La Dra. Claudia Sheinbaum, nuestra presidenta con A, cuenta con una aceptación superior al 78 por ciento, una cifra que ha ido en aumento desde su llegada. Si bien muchas personas votaron por ella para continuar con el proyecto de López Obrador, lo cierto es que su desempeño ha sorprendido gratamente a los mexicanos.
Ser gobernados por una mujer ha reflejado ese matriarcado inherente en el ADN de los mexicanos, y ha demostrado lo positivo que es tener a una mujer liderando el país.
El Plan Nacional de Desarrollo 2024-2030 es la guía para la consolidación del segundo piso de la Cuarta Transformación. Este plan establece las prioridades, la asignación de recursos y los mecanismos de coordinación para alcanzar los objetivos de su administración.
En estos primeros días de gobierno, se han notado impactos significativos: un mejor manejo de la economía, un enfoque adecuado en la seguridad gracias a la acertada designación de Omar García Harfuch, y la inédita creación de la Secretaría de Ciencia, encabezada por la Dra. Rosaura Ruiz. Este organismo es prometedor, ya que los países más desarrollados destinan gran parte de sus recursos a la innovación y la investigación.
Además, destaca la creación de la Secretaría de la Mujer, coherente con un gobierno que pone a las mujeres en el centro de su agenda. Uno de los programas más emblemáticos, Mujeres para el Bienestar, refleja esta prioridad y seguramente será un sello distintivo de su administración.
Entre diversos aciertos, queda claro que la mandataria, gracias a su sólida formación académica, tiene la capacidad de planear y organizar de manera estructurada. Su liderazgo ha permitido que las secretarías trabajen de forma coordinada en beneficio de la ciudadanía, lo que augura resultados positivos.
Otro hito relevante es la reforma para eliminar la reelección, que restaurará el principio de sufragio efectivo, no reelección y marcará un cambio significativo en los procesos electorales.
En resumen, los primeros cien días de la Presidenta con A han sido un parteaguas para este sexenio, mostrando que será una administración sin precedentes. Su liderazgo está borrando estereotipos arraigados y abriendo cada vez más espacios para las mujeres en México.
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