América del Norte se ha convertido en una de las regiones más competitivas del mundo en cuanto a desempeño económico y comercial. Con un acuerdo comercial de más de 30 años en operación, una revisión y miles de millones de dólares en inversión e intercambio entre los tres países involucrados, norteamérica está enfrentando una profunda encrucijada política y de definiciones hacia el futuro.

La revisión del Tratado de Libre Comercio, realizada durante el primer periodo de gobierno de Donald Trump, provocó mucha tensión y preocupación en los mercados. A pesar de ello, se logró una negociación aceptable para México, Estados Unidos y Canadá. No obstante, la llegada al poder del Presidente Trump a partir del próximo 20 de enero ha vuelto a prender las alertas y preocupaciones entre los liderazgos políticos.

Lo anterior, aunado a sus declaraciones incendiarias, han provocado fuertes impactos no sólo en lo económico, sino también en lo político. El más relevante, hasta ahora, es el anuncio de la renuncia de Justin Trudeau como Primer Ministro de Canadá. Ante esta repentina dimisión, resulta relevante resaltar tres elementos para comprender el impacto de esta decisión.

I. El poder desgasta. Trudeau logró llevar a su partido, el Laborista, de un histórico tercer lugar a obtener la mayoría en 2015. A lo largo de casi 10 años en el poder, su gobierno ha sufrido desgaste y debilitamiento. Aquel joven político revelación fue perdiendo brillo y presencia entre la sociedad canadiense. La mayoría de los sondeos en el país de la Hoja de Maple, muestran que el Partido Conservador, liderado por Pierre Poilievre, ganaría las elecciones con cerca de 20 puntos de ventaja sobre Trudeau y su partido.

II. El contexto internacional importa. A pesar de que el desgaste en el poder se había generado desde hacía ya un tiempo, el triunfo de Trump en Estados Unidos aceleró la caída de Trudeau. Las declaraciones de convertir a Canadá en el estado 51 de Estados Unidos o las constantes burlas y retos hacia el hoy, todavía, Primer Ministro, evidenciaron su falta de reflejos políticos ante un nuevo entorno internacional.

III. Rupturas que se convierten en oportunidades. En diciembre pasado, una renuncia inesperada cimbró al gobierno laborista. La ministra de finanzas, Chrystia Freeland, evidenció sus diferencias con el Primer Ministro en relación al manejo de la inflación y el gasto del gobierno. Con esta renuncia, Freeland quien se desempeñó como ministra de Asuntos Exteriores durante la renegociación del Tratado de Libre Comercio, logró posicionarse como la principal aspirante a dirigir a los laboristas y a iniciar una campaña para convertirse en la segunda mujer en encabezar un gobierno en Canadá, sin el lastre del gobierno actual.

Los próximos meses serán muy intensos en los tres países, comercial y políticamente hablando, pues se buscará establecer las condiciones más adecuadas para llegar a la renegociación del Tratado de Libre Comercio en 2026 en el contexto más favorable para cada nación. Temas como migración y seguridad se convertirán en elementos que enmarcan dichas negociaciones. Resultará interesante conocer las estrategias de los tres países y sus estrategias para afrontarlo.

Bernardo J. Almaraz C.

Académico

@BAlmarazC

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