Esta semana se entregó el Premio Nobel en Ciencias Económicas a 3 destacados académicos, Daron Acemoglu y Simon Johnson del Instituto Tecnológico de Massachusetts,y James A. Robinson de la Universidad de Chicago.

Sus aportaciones al entendimiento de las dinámicas sociales a través de las instituciones son amplias. Resalta, por sus implicaciones en cuanto acción y política pública, su hallazgo en torno a las instituciones y sus efectos:

I. Las instituciones importan. Entendidas como las reglas del juego (North Dixit), las instituciones, formales e informales, regulan las interacciones sociales, políticas y económicas.

II. Las instituciones no son intrínsecamente positivas. Derivado de su naturaleza, inclusivas o extractivas, las instituciones pueden promover el desarrollo económico o limitarlo. La variable explicativa sobre el nivel de desarrollo entre países es el tipo de instituciones con las que se contaba en momentos clave de la historia, como la revolución industrial, paraaprovechar oportunidades de crecimiento y desarrollo.

III. Algunas instituciones importan más que otras. La certeza sobre los derechos de propiedad, regímenes democráticos o autoritarios y la capacidad de hacer cumplir las reglas, son determinantes para alcanzar mejores condiciones de bienestar. La capacidad de aprovechar y adecuar sus condiciones institucionales explica el éxito económico alcanzado en el siglo XIX por Estados Unidos e Inglaterra, así como por Corea del Sur, Singapur e Irlanda durante la segunda mitad del siglo XX.

Hoy, México enfrenta una situación única en su historia, la combinación de la oportunidad de la relocalización de empresas como parte de las dinámicas geopolíticas y de comercio internacional, con el mayor número de población joven, la cual comenzará a reducirse rápidamente a partir del 2030. Estos dos factores, relocalización y población joven, pueden generar el escenario adecuado para impulsar el crecimiento sostenible necesario para llevar al país a una condición de alto desarrollo.

La cuestión será saber si nuestras instituciones estuvieron preparadas para aprovechar la oportunidad o si los incentivos políticos, cortoplacistas, pesarán más en los siguientes meses. De acuerdo con los ganadores del Nobel, las instituciones ineficientes, en ocasiones, son elegidas intencionalmente por las élites gobernantes. Es decir, las instituciones ineficientes persisten debido a que las élites no están dispuestas a autolimitarse y contenerse en aras de un mayor beneficio social.

Existe un dilema social en torno a cómo convencer a las élites para reformar y modernizar las instituciones, pues la pérdida de poder o de privilegios reduce los incentivos a realizar los ajustes necesarios. Los grupos políticamente poderosos, como se refiere en la literatura, se abstienen de realizar cambios institucionales, incluso si estos pueden mejorar el bienestar, debido a las preocupaciones sobre la dinámica institucional posterior, es decir a la posibilidad de perder el poder en el futuro.

La actual coalición gobernante en el país, tiene ante sí la posibilidad de lograr alcanzar niveles de desarrollo nunca antes vistos. Pero para ello requieren reformar instituciones políticas, económicas y sociales para dar certeza, establecer reglas claras y fortalecer la capacidad estatal para hacer cumplir dichas reglas. La otra vía es reformar dichas instituciones para asegurar la permanencia en el poder indefinidamente, a costa del crecimiento y desarrollo de largo plazo.

Por el bien del país y de las futuras generaciones, esperemos que México se convierta en el caso paradigmático del siglo XXI que aprovechó el contexto histórico, la incorporación a una economía del conocimiento y la posibilidad de cambio hacia instituciones sólidas, efectivas e inclusivas.

Académico

@BAlmarazC

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