Las costas calurosas no son mi ecosistema favorito, las temperaturas arriba de los 25°C me agobian. Prefiero las playas frías para poder disfrutar el sonido del oleaje, sentir la arena… ser consciente de la inmensidad del océano. ¿Que si conozco playas frías? Pues no tan frías como las de Groenlandia, pero no tan cálidas como las de Panamá. Mi encuentro con playas, más frías que cálidas, ha sido en el Golfo de México.
Dos veces he estado delante de las aguas atlánticas. En ambas ocasiones hubo Norte, así que pude disfrutar plenamente del mar. En uno de esos viajes realicé un recorrido por los manglares de Tecolutla. Cabe mencionar que los manglares eran considerados hijos del mar, por los pueblos mesoamericanos, así como los ríos, lagos, manantiales, marismas, humedales y pozos. Así es, el tan controversial Golfo de México ha sido para mí, el respiro marítimo.
Mientras les cuento todo esto, me hago varias preguntas que quiero compartirles y que seguramente ya han pasado por su cabeza: ¿Es posible cambiarle el nombre a un mar? ¿Trump posee la facultad de modificar lo dispuesto por Francis Drake en 1580? ¿Cambiará el nombre por Golfo de América o Golfo del Bienestar o Golfo de Veracruz, como sugieren los memes ya existentes? ¿Francis Drake o De Bry, al realizar sus mapas en el siglo XVI, se dieron a la tarea de investigar de qué manera los pueblos mesoamericanos designaban a ese mar? Obviamente, no.
En definitiva, estas cavilaciones nos llevan a investigar sobre cuál era la relación que se tenía en Mesoamérica con el mar. En primera, recuerdo que en la escuela se me dijo que estas culturas no se adentraban al océano, que no eran navegantes. Pero vayamos desenredando, en la medida que se posible, esta idea. Para ello, diremos que el mar era considerado un espacio de interacción entre lo terrenal y lo sagrado. Se realizaban rituales y se extraían ofrendas, como las que se han encontrado en las recientes excavaciones del Templo Mayor, donde se han identificado aproximadamente 186 especies de moluscos, de los cuales 60 provienen del mar del océano Atlántico. Estos datos nos indican la fuerte relación que se tenía con el mar, relación mítica, por cierto.
El mar contiene las aguas primordiales, no solo porque de ellas derivan los ríos, lagos, manantiales, manglares, marismas, humedales y pozos, sino porque de ellas surge toda la vida, como lo cuenta el Popol Vuh:
No se manifestaba la faz de la Tierra. Sólo estaba el mar en calma y el cielo en toda su extensión…No había nada que estuviera de pie solo; el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo…Luego la Tierra fue creada. Como la niebla, como la nube y como una polvareda fue la creación cuando surgieron del agua las montañas…
El mar no solo fue un espacio sagrado, también fue el canal de comunicación y comercio entre diversos pueblos, no solo de Mesoamérica, sino del resto del continente. Esto nos indica la existencia de tecnología marítima y un sistema de puertos.
Específicamente en el Golfo de México, en la desembocadura del río Coatzacoalcos, se han encontrado restos de canoas con revestimiento de chapopote, posiblemente de los periodos Clásico y Posclásico. Se piensa que fue un puerto de intercambio multiétnico, ya que se halló cerámica de diferentes ciudades. Es importante mencionar la existencia de una hipótesis sobre el maíz: según investigaciones arqueológicas, esta planta llegó a Mesoamérica proveniente del Sur, incluso existen algunos relatos que relacionan al maíz con el mar, como lo narra el Popol Vuh: De Paxil, vinieron las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas.
Paxil es una ciudad asentada en Veracruz, cerca del mar. Esto nos lleva a declarar, si la conjetura es cierta, que el maíz (vocablo taíno, dicho sea de paso) llegó a Mesoamérica a través del Golfo de México.
La pregunta sigue en el aire, ¿cuál era la palabra para designar mar? En específico, no encontré el vocablo para el mar del Golfo, pero sí para el mar en general: Ueyatl, que en nahuatl significa algo como gran laguna. Pero, ya que estamos lanzando propuestas para cambiar el nombre al Golfo, yo planteo llamarlo Golfo Pupunú, vocablo totonaco para hablar sobre el mar y, ¿por qué totonaco? Porque esta nación es la predominante en Veracruz, estado que posee más litoral del golfo en cuestión.
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