El 2024 estaba a punto de terminar, era día de luna nueva y nosotros dejábamos Toluca. Eran aproximadamente las seis de la mañana y los datos astronómicos indicaban que el sol saldría a siete y diez. Teníamos el tiempo justo para llegar a una de las ciudades mesoamericanas más importantes de la cultura matlazinca. Vivió su esplendor durante el Epiclásico, es decir, después de la caída de Teotihuacan. Hacía 1476, Axayacatl de Tenochtitlan derrotó a la ciudad amurallada, cuyos edificios se despliegan en lo alto del cerro Tetepetl como queriendo acariciar al Xinantecatl. Teotenango, se pierde entre construcciones urbanas y milpas, pareciera como si poco a poco se ahogara… como si poco a poco cayera en el olvido.
Cuando llegamos, el sol aún no despuntaba. No había caído mucho hielo. No hacía el frío pronosticado. Sentados en una de las explanadas esperábamos pacientes. Los cerros de enfrente comenzaron a dibujarse en el cielo: un contorno dorado marcaba su silueta. Ahí estaba. El astro solar se asomaba tímido, radiante… poderoso. Marco, el arqueoastrónomo con quien viajamos, nos explicó que, el templo que teníamos enfrente servía como marcador del solsticio de invierno, ya que la salida del sol quedaba justo en la cima de esta edificación (Estructura 1A). Lanzó la hipótesis de que la Estructura 1B es el marcador del inicio del año en Mesoamérica, lo que se traduce en que, entre el 6 y 12 febrero la salida del sol se podrá apreciar en la cúspide ese templo.
Admirando el espectáculo, nos quedamos en silencio mucho tiempo. Decidimos caminar un poco. Comenzamos a subir hacia la Sección B; cuando llegamos a la parte superior, observamos una escena que, seguramente se ha repetido desde hace miles de años en ese mismo lugar: un hombre bajaba la escalinata de la Sección C cargando un atado de leña en la espalda. Inmediatamente pensé en lo que he planteado en otros momentos: las ciudades mesoamericanas que hoy vemos como sitios/parques arqueológicos continúan siendo parte de la cotidianidad de las personas que viven en las cercanías. Comenté esta idea con Marco, me dijo que era cierto, ambos coincidimos en que el mundo occidental, no solo ahoga a estas ciudades con casas o trenes, sino que, de cierta guisa, expulsa a sus verdaderos habitantes. Pareciera que estas ciudades pertenecen al INAH y no a la gente local. Quizá sea el momento de pensar en proyectos sustentables y que incluyan a la población.
Continuamos con nuestra caminata, el objetivo era llegar a la cancha de pelota, una de las más grandes de Mesoamérica, pero nos fuimos desviando por veredas, hasta que el camino se acabó y llegamos a unos campos de cultivo resguardados por murallas de piedra de la antigua Ciudad.
Miramos el reloj. Debíamos regresar a Toluca, así que iniciamos el descenso, la misma escalinata nos llevó delante de un bajorrelieve llamado el jaguar sedente, que es posible admirar en uno de los muros del Conjunto A. Si observamos con detenimiento, nos encontramos con un jaguar devorando un corazón. Los expertos nos indican que cada uno de los elementos que conforman la imagen representan un eclipse sucedido en el año 2-Tochtli, esto es, el 22 de febrero de 1477 ¿Será una coincidencia con el inicio del año mesoamericano del cual hablábamos? Es probable.
Marco nos explicó por qué el jaguar representa a la luna: en su cuerpo, específicamente en su muslo, es posible ver un fémur. Dato curioso: el vocablo nahua metztli, significa luna y pierna. Por otro lado, acoto, el jaguar es un animal nocturno vinculado con la luna. Seguíamos comentado la importancia de las fechas, el cambio del calendario Juliano al Gregoriano; el collar que trae el felino; la disposición del corazón, de repente un detalle llamó nuestra atención: la piedra estaba particularmente manchada como de óxido, levantamos la mirada: el techo de lámina que cobija al jaguar del sol, no lo resguarda del agua: el poco hielo de esa mañana comenzaba a derretirse y las gotas caían justo sobre el jaguar. Con el paso del tiempo, seguramente esa constante gota terminará perforando la piedra como ya lo ha hecho en el otro bajorrelieve donde podemos ver la fecha 9-Calli.
¿Descuido? ¿Omisión? ¿Negligencia? Juzguen ustedes
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