El “salvajismo” es bastante negativo, implica comportamientos brutales, incontrolados y violentos. La violencia envuelve daños físicos, amenazas o juicios contra las personas consideradas "no civilizadas", procedentes de grupos étnicos, razas o grupos vulnerables como lo son las personas de la tercera edad, niños y niñas y, por supuesto, los migrantes.

Al respecto, es importante exhibir la política salvaje y xenofóbica que promueve Donald Trump en contra de nuestros hermanos migrantes, entre los que se encuentran millones de mexiquenses, a los cuales se les criminaliza, amenaza y minimiza su dignidad a través de ese “lenguaje duro” e injusto que suscita odio y psicosis social en contra de ellos.

Según el INEGI, 11.7 millones de mexicanos han emigrado a Estados Unidos y 25.5 millones han nacido allá, lo que da una suma aproximada de 37.2 millones, de los cuales alrededor de 1.3 millones proceden del Estado de México.

De acuerdo a los datos recabados por Palacio Nacional, en lo que va de 2025, se habían repatriado a 6 mil 244 personas, de las cuales se calcula que más de 4 mil 800 son mexicanos.

Afortunadamente, la presidenta Claudia Sheinbaum, desde la aplicación de esta “política migratoria salvaje”, ha defendido y apoyado firmemente a los migrantes mexicanos y de otros países, a partir de una labor diplomática extraordinaria, evitando la confrontación y fomentando la colaboración entre naciones. Ejemplo de ello, fue el logro de la mesa de trabajo de alto nivel con el gobierno estadounidense, para defender los derechos de nuestros connacionales, asimismo, su mensaje ha sido contundente: los migrantes siempre van a contar con el apoyo, solidaridad y amor.

Pero además, a través de la estrategia México te abraza, ha instalado diez centros de atención a lo largo de la frontera norte, que ofrecen servicios, programas y apoyos. A nuestros hermanos migrantes se les reconoce su valía y se les trata con humanismo, a través de una atención ordenada y segura que ofrece desde el traslado gratuito a la comunidad de origen, trámite de documentos de identidad y carta de repatriación, alojamiento temporal, internet, teléfonos gratuitos, agua potable y comida.

Estas acciones, le han valido a la presidenta Sheinbaum, el reconocimiento como una presidenta que no se deja intimidar y sabe gobernar. Por esa causa, se han sumado al apoyo de su política las gubernaturas y los congresos de las entidades federativas, en la que no podría faltar el Congreso del Estado de México y el apoyo de la gobernadora Delfina Gómez.

Seguiremos haciendo un llamado a la unidad como lo han hecho la mandataria Sheinbaum y la gobernadora Delfina Gómez; ellas reconocen que nuestros connacionales han contribuido mucho no solo a México sino también a los Estados Unidos; a este último, le aportan anualmente con su trabajo alrededor de 2.06 billones de dólares,[1] prueba de que son personas trabajadoras y no criminales.

Apoyemos con determinación la política tolerante, aguda, prudente y sensata de la presidenta Sheinbaum frente a la política violenta y xenofóbica de Trump, una política restrictiva, controvertida y penosa de tolerancia cero.

“Coordinación sí; subordinación, no”, “Nada por la fuerza; todo por la razón y el derecho”.

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