Pocas veces se piensa en lo que hay detrás de una etiqueta de shampoo o un empaque de cereal, el proceso, los materiales, el arte y talento para su diseño, la estrategia de comercialización que cada uno implica… Detrás de cada empaque hay una industria compleja, que imprime, troquela y entrega millones de piezas cada día.

La industria gráfica mexicana, especialmente en el segmento de empaques y etiquetas, ha demostrado fortaleza y adaptabilidad, sin embargo, no es ajena a los retos que enfrentan otros sectores, las amenazas externas, las dificultades en materia de comercio exterior y también un nuevo escenario que no se aprecia como amigable: los aranceles del 25% a productos fuera del T-MEC.

El crecimiento del sector gráfico ha sido impulsado por la demanda interna, el auge del comercio electrónico y la diversificación de los productos de consumo. Se trata de empresas que producen etiquetas autoadheribles, mangas termoencogibles y empaques sostenibles han hecho su labor a través de inversiones en tecnología, han expandido su portafolio y alcanzado nuevos mercados, han aceptado el reto de diversificarse y crecer y también ha apostado su patrimonio.

Sin embargo, la posible imposición de aranceles a materias primas importadas desde Asia o Europa —como filmes plásticos, adhesivos o maquinaria— representa un desafío y no es menor. Si estos materiales no cumplen con las reglas de origen del Tratado Internacional entre México, Estados Unidos y Canadá, el producto final pierde su preferencia arancelaria y entra a Estados Unidos con sobrecostos, dicha situación reduce márgenes y pone en riesgo la competitividad frente a empresas con insumos regionales, saca de mercado lo que hasta ahora era parte de una competencia permanente y hace prender las señales de alerta.

Durante un reciente webinar previo a LabelExpo, actores clave del sector compartieron una visión cauta pero optimista, los expertos señalaron que el nearshoring no ha explotado, pero ya se refleja en nuevas oportunidades de negocio.

Diversas marcas de EE.UU. están buscando proveedores confiables en México que ofrezcan calidad, tiempos rápidos y trazabilidad y esa es una gran señal de atención para el sector en nuestro país y una oportunidad que no puede dejarse de lado.

La sustentabilidad, aunque en agenda, aún enfrenta barreras culturales, por costos e infraestructura. En tanto, tecnologías como QR inteligentes y RFID ganan espacio, y la automatización exige formar talento técnico que responda a una industria cada vez más especializada.

Paradójicamente, los aranceles podrían ser el impulso que necesitaba México para consolidarse como hub gráfico regional. La cercanía geográfica, la experiencia industrial y una creciente profesionalización le dan al país una posición privilegiada frente al encarecimiento de productos asiáticos. La clave estará en estar listos: equipos modernos, procesos certificados y una visión estratégica.

Más allá de las cifras de exportación, esta industria es también el sustento de miles de familias, operarios y técnicos que hacen posible que cada etiqueta llegue impresa con precisión. El riesgo existe, pero también la oportunidad. Y en el tablero del comercio global, México tiene una buena mano. Solo hay que saber jugarla.

En un entorno donde la única constante es el cambio, vale la pena arriesgar y demostrar que el empresario tiene como mantra de vida la resiliencia.

Resta esperar la postura que adoptará nuestro principal socio comercial respecto al T-MEC, en un entorno donde la certidumbre aún no está garantizada.

Es momento de cerrar filas en la industria nacional para establecer un frente común ante el reto que se aproxima y aprovechar la oportunidad.

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