El gobierno mexicano comenzó a prepararse desde que se declaró el triunfo de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Lanzó amenazas contra los migrantes que desde su llegada ha comenzado a aplicar. Tiene a millones con el alma en un hilo desde que firmó las duras políticas migratorias que el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
La presidenta Claudia Sheinbaum dio la instrucción de destinar al menos mil 600 millones de pesos para la compra de carpas, que hoy son utilizadas para levantar una ciudad, quizá improvisada, pero con los servicios mínimos para una estancia digna de miles de migrantes que serán deportados, en Ciudad Juárez Chihuahua, en ese lugar de la frontera tan conocido mundialmente por el tema migrante, pero también por los feminicidios, por las mujeres que fueron asesinadas por muchos años impunemente. Hoy, está nuevamente en el escenario mundial por ser la receptora de quienes despiertan abruptamente del sueño americano.
El Instituto de los Mexicanos en el Exterior registra que 11 millones 913 mil 989 mexicanos viven fuera de México; 97.79 por ciento radica en los Estados Unidos de América.
De los mexicanos en el extranjero, 54 por ciento son mujeres y 46 por ciento son hombres. La mayoría de los migrantes mexicanos están en el continente americano (54 por ciento), seguido de Europa (40 por ciento), Asia (4 por ciento), Oceanía (2 por ciento) y (3.35 por ciento) en África.
Los 10 países con el mayor registro de mexicanos en el exterior son: Canadá, España, Alemania, Reino Unido, Bolivia, Argentina, Países Bajos, Costa Rica, Chile y Panamá. En América hay 11 millones 793 millones 976 mexicanos y se estima que su edad es de 36 años promedio, de los que 52 por ciento son mujeres y 48 por ciento hombres.
En el Estado de México, de donde se calcula son alrededor de millón y medio de mexiquenses los que radican en Estados Unidos, hasta el momento, el titular de la Coordinación de Asuntos Internacionales del Gobierno del Estado de México, José Pablo Montemayor Camacho, no ha dado ninguna postura al respecto de cómo se encuentran los mexiquenses radicados en la Unión Americana. Se desconoce el estatus migratorio de todos aquellos que desde hace muchos años han hecho sus vidas allá y hoy están en la zozobra.
A la entidad mexiquense, si hay verdaderamente una deportación masiva, afectaría en su economía, ya que, sólo en 2024, se recibieron alrededor de 3 mil 505.7 millones de dólares, de acuerdo con las cifras del Banco de México. Cada año, sobre todo en la temporada navideña, miles de paisanos llegan a visitar a sus familiares y todavía representa una derrama adicional a la oficial.
Son tantos los que llegan, que incluso desde hace un par de décadas se implementó el programa “Bienvenido paisano mexiquense”, para cuidar de ellos, porque eran víctimas de asaltos y extorsiones en carreteras federales y vías estatales por parte de policías y ladrones.
El sur del Estado de México fue uno de los principales expulsores hace más de cuarenta años. Después le siguió el norte y la zona metropolitana, sobre todo municipios del oriente de la entidad.
Hoy miles están preocupados por lo que les pasará. Seguramente en breve veremos a la gobernadora Delfina Gómez Álvarez anunciar acciones de apoyo para quienes podrían ser víctimas de los abusos de poder de Donald Trump, a quien, por lo pronto, un juez ya le paró la orden de no reconocer como ciudadanos americanos a hijos de migrantes nacidos allá. Veremos qué sigue.
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