En la carrera por recuperar espacios en el poder público, el PAN y PRD se perfilan para competir solos en las elecciones intermedias de 2027. Incluso los hoy aliados de Morena, tanto PT como el Verde, han deslizado la posibilidad de presentar sus propias candidaturas. Se sienten seguros y con ánimos de una aventura en solitario.

Frente a este panorama predecible, en el PRI Estado de México, que comanda Cristina Ruiz Sandoval, ven su futuro con optimismo porque -en una competencia así y con los votos obtenidos en la última elección- consideran que pueden recuperar terreno perdido, tanto en municipios como distritos electorales a nivel local y federal.

La senadora lo ha dicho una y otra vez desde que llegó al PRI mexiquense: el priismo está resuelto a acreditar con trabajo y liderazgo que puede tener candidaturas ganadoras en cada uno de los municipios y distritos. Para ello comenzó a “pulsar” los diversos escenarios con cada uno de los actores políticos, pero fundamentalmente con la militancia.

A tres meses de su llegada a la dirigencia estatal, Cristina Ruiz le cambió la cara al Revolucionario Institucional, no solo con una renovación paulatina del consejo político, sino que tiene como idea fija la renovación de las estructuras municipales y seccionales para darle fuerza al trabajo que el PRI necesita en territorio.

Además, dice que está en camino uno de los mayores desafíos que tiene el PRI en su historia y ese será cerrar la puerta por dentro para que nadie más se quiera ir del partido con toda la capacitación y experiencia que ganaron en la implícita escuela de cuadros políticos que deja el simple hecho de pasar por las filas del partido.

En esta vorágine política del primer trimestre, Cristina Ruiz ha dejado claro que alzará la voz cuando sea necesario como lo ha venido haciendo desde el Congreso federal.

Cristina Ruiz Sandoval es la primera dirigente estatal en ser electa para un periodo estatutario de cuatro años sin un gobernador priista que, en el pasado, tomaba las decisiones verticales y sin consulta. A su llegada, ha marcado su estilo de liderazgo, uno que confía en mujeres talentosas que hoy se ven en la Secretaría General, con Brenda Alvarado, Cristina González en Organización, Angelina Carreño, en Operación Política, y Melissa Vargas, en Gestión Social.

La líder priista comenta que ponerse los tenis y salir a territorio con la militancia es la mejor forma de enfrentar los retos y, aunque pareciera un discurso trillado, tiene que ser en unidad para que funcione, pues de lo contrario, también existe un riesgo que, de no contenerse la crisis, se enfrascaría en pleitos internos sin salida. Vaya, la operación cicatriz debe estar en marcha.

Desde su arribo al edificio de la calle Nicolás San Juan, antes semiabandonado y hoy ya con vida, su actividad partidista se combina con la legislativa para dar posicionamientos políticos. Son un partido opositor, y como tal, están obligados a ser el contrapeso de un régimen que decide la vida pública desde las cámaras con una aplastante mayoría.

Cristina lo sabe y está segura que las decisiones políticas que se tomen desde su escritorio o en territorio tendrán que ver con la salud pública del tricolor. Vaya encomienda la que tiene, pero con El Fuerte respaldo del CEN y su presidente Alejandro Moreno.

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