Las y los aspirantes a ministros, presidencia de tribunales, magistrados y jueces están verdaderamente preocupados por cómo harán propaganda para enfrentar la elección. Sus familiares y amigos serán la primera opción para tener votos el primero de junio, día de la elección. Sus redes sociales personales, la otra. ¿Y qué más?
No están acostumbrados a estos temas y tienen temor. No saben a quién acercarse ni qué decir. Media Training. ¿Eso con qué se come? Se preguntan. ¿Redes sociales? Ni siquiera cuenta tenían o no la usaban por falta de tiempo.
Oye Bartola, ahí te dejo esos dos pesos. Pagas la renta, el teléfono y la luz. Y si te alcanza… así están con el ridículo tope de gastos de campaña que tienen permitido.
Las y los candidatos tienen prohibido el financiamiento público o privado de sus campañas, únicamente se permite financiamiento personal con un tope de gastos predefinido. El dinero debe de provenir de una cuenta a nombre del candidato y comprobar sus ingresos lícitos.
El tope de gastos de campaña es de 220 mil 320 pesos. Deben reportarse tanto el origen de los ingresos (el dinero tiene que ser rastreable, ya sea transferencia, cheque, efectivo acreditando la procedencia), como el destino de los gastos (debe documentarse cualquier operación que implique una erogación).
No se pueden contratar espacios en radio, televisión o internet para promocionarse (pago de por medio). Se sugieren publicaciones orgánicas en redes sociales personales y o lograr tener espacios en medios de comunicación a manera de ejercicio periodístico, sin ninguna contraprestación.
No se permite el uso de recursos públicos para la campaña (provenientes de cualquier órgano gubernamental, de cualquier orden de gobierno y poder). Y tienen prohibido el pauteo (pago) de propaganda en redes sociales para aumentar la visibilidad y alcance de las publicaciones.
La difusión de propaganda será exclusivamente a través de redes sociales personales y la propaganda física sólo podrá ser impresa en papel y deberá suspenderse su distribución y retirarse tres días antes de la jornada electoral. Es decir, ni hablar de bardas o espectaculares (a menos que se use papel). Sin embargo, por el tope de gastos es complicado considerar estas opciones. Realmente son muy caras.
Quedan comprendidos dentro del tope de gastos de campaña: Propaganda impresa. Producción y/o edición de imágenes, spots y/o promocionales para redes sociales. Cursos de “media training” o entrenamiento de medios. Producción y/o capacitación para la elaboración de contenido en redes sociales y cualquier otro destinado a la campaña judicial. Cualquier gasto de organización y logística inherente a los eventos públicos, mítines o mesas de diálogo (sonido, templete, mobiliario, lonas de papel, etc.). Pasajes terrestres, aéreos o combustible para sus traslados; así como los relativos a hospedaje y alimentos, dentro del ámbito territorial que corresponda a su candidatura.
Bueno, no les queda otra más que echarle cabeza, sacar algo de sus ahorros y caminar todo lo que puedan, porque mítines, ni pensarlo.
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