El hallazgo de un corralón “pirata” con el irónico nombre de “ACME”, como si fuera sacado de una caricatura, pone en evidencia la permisividad o negligencia de las autoridades en el control de estas operaciones irregulares. Ubicado a unos pasos de Periférico Norte, junto al concurrido Parque Naucalli, este espacio funcionaba a plena vista sin que nadie, ni las autoridades locales ni los vecinos, parecieran notar su presencia. Más preocupante aún es que decenas de grúas con el logo de ACME, señalado por la Fiscalía como parte de un grupo de choque, almacenaban vehículos, algunos involucrados en accidentes, en condiciones que podrían resultar legales y éticamente cuestionables. Que un corralón clandestino opere tan cerca de una zona transitada no sólo resalta fallas en la supervisión gubernamental, sino que también genera dudas sobre posibles complicidades o corrupción detrás de su funcionamiento.
La “regularización” de la Colonia 4T
El Ayuntamiento de Tultitlán ha optado por un enfoque peculiar para regularizar tres colonias al nombrarlas con títulos como "Cuarta Transformación", "Me Canso Ganso" y "Cabecita de Algodón". Según las autoridades, esta decisión refleja "el compromiso del municipio con los valores de cambio y equidad". Sin embargo, más allá de la ironía que evocan estos nombres, surgen cuestionamientos sobre las prioridades y seriedad con la que se está manejando un proceso tan relevante como la regularización territorial; hacerlo bajo nombres que rayan en lo caricaturesco podría desviar la atención de los problemas estructurales. La elección de estos nombres, lejos de consolidar un compromiso con el “cambio”, parece una estrategia para alinearse políticamente con la narrativa oficialista.
¿Robo o desaparición?
La desaparición de ocho antílopes, dos avestruces y un primate del Parque Ecológico Ehécatl de Ecatepec plantea interrogantes preocupantes sobre la seguridad y el manejo de este espacio público. Aunque el gobierno municipal ha presentado una denuncia ante la Fiscalía General de la República contra quien resulte responsable, la falta de detalles sobre cómo y cuándo ocurrió este incidente complica determinar si se trató de un robo premeditado o de una negligencia en el cuidado y resguardo de los animales silvestres. Más allá de la querella legal, es fundamental que las autoridades ofrezcan explicaciones claras sobre las condiciones de seguridad del parque y los protocolos que debería haberse seguido para evitar una situación de esta magnitud.
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