La administración municipal encabezada por Daniel Serrano enfrenta un panorama alarmante con instalaciones obsoletas, equipo inservible y un déficit superior a los 62 millones de pesos, acompañado por la amenaza de embargos debido a laudos laborales que rebasan los mil millones. Este escenario no solo evidencia una pésima planeación y desorden en la administración pasada, sino que también coloca en una posición vulnerable a los ciudadanos, quienes podrían ver afectados servicios esenciales. El reto para este nuevo gobierno es monumental: equilibrar la operación básica del municipio mientras se diseñan estrategias para sanear las finanzas y evitar que los problemas heredados agraven la situación. El edil tiene ahora la oportunidad y la responsabilidad de redefinir las prioridades municipales. Cuautitlán Izcalli se suma a los municipios que inician con el pie izquierdo por la mala decisiones de los gobiernos pasados.
El “chapulinismo” sigue debilitando al PRI
La renuncia de Rodolfo Sixto Basurto, dirigente municipal del PRI en Cuautitlán Izcalli, junto con 220 líderes seccionales, no solo refleja una profunda crisis interna en el tricolor, sino también el oportunismo político que ha caracterizado a algunos de sus cuadros. Al sumarse al PVEM, Basurto justificó su salida argumentando engaños y desilusiones, una narrativa que, aunque recurrente, evidencia el desgaste del PRI como fuerza política. Este cambio pone de manifiesto la falta de cohesión y liderazgo en un partido que, a pesar de su historia, sigue perdiendo terreno ante otras opciones políticas que capitalizan el desencanto de su base. Esto deja en evidencia el pragmatismo que prima en la política actual, donde los principios y la militancia de toda una vida parecen negociables.
El caos heredado en Ecatepec
La administración de Fernando Vilchis dejó a Ecatepec sumido en otra crisis: la hídrica y de infraestructura. Una situación que la alcaldesa Azucena Cisneros Coss calificó como “impresionante”. Con 27 pozos de agua fuera de operación y el 80% de la maquinaria en condiciones inservibles, unos 270 mil habitantes enfrentan un acceso limitado al agua, un recurso básico y esencial. Recibir un Ecatepec desmantelado, con un sistema hídrico colapsado, representa para Azucena Cisneros una de las tareas más desafiantes de su gestión. Aunque ha anunciado un plan emergente para atender las necesidades básicas de agua, el daño estructural y la falta de recursos materiales no se resolverán de la noche a la mañana. Una lección sobre las consecuencias de administraciones negligentes que hipotecan el bienestar de generaciones enteras.
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