La sustitución del drenaje y la construcción de nuevos colectores en Chalco representan una acción urgente y necesaria para evitar que las inundaciones sigan afectando a miles de familias, como ocurrió el año pasado. Sin embargo, estas obras llegan después de un desastre que evidenció el abandono y la falta de previsión en materia de infraestructura hidráulica. La “zona cero” no solo quedó bajo aguas negras durante más de 80 días, sino que también reflejó la precariedad con la que se ha manejado el sistema de drenaje en el municipio. Ahora, con un proyecto que incluye micro túneles y un cárcamo de bombeo, la esperanza es que estas soluciones sean duraderas y no solo una respuesta tardía a la crisis. El colector de 1.5 kilómetros y 2.5 metros de diámetro promete mejorar el desalojo de aguas residuales, el verdadero reto será garantizar el mantenimiento continuo de la infraestructura y la coordinación efectiva entre Conagua, dirigida por Efraín Morales López, y el gobierno municipal.

Efraín Morales López Foto: Especial
Efraín Morales López Foto: Especial

Alerta en Aculco

La reapertura de un tiradero a cielo abierto en Aculco no solo representa un retroceso en materia ambiental, sino que también es una muestra del desinterés de la administración municipal de Valeria Cruz Olvera por atender una problemática que los vecinos llevan más de una década denunciando. La acumulación de desechos en este sitio pone en riesgo los mantos acuíferos y expone a la población a niveles alarmantes de contaminación, lo que hace urgente una intervención por parte del gobierno estatal. Ignorar estas advertencias no solo afecta la salud de los habitantes, sino que contribuye al deterioro del entorno, afectando también la calidad de vida y la actividad económica de la región. El hecho de que la basura sea depositada durante la madrugada, en el marco de campañas de limpieza, genera dudas sobre la transparencia de estas acciones y deja entrever una estrategia para ocultar el problema en lugar de resolverlo.

Valeria Cruz Olvera Foto: Especial
Valeria Cruz Olvera Foto: Especial

El reto empresarial

La transición hacia el uso de insumos biodegradables en bares y restaurantes es un paso positivo en la lucha contra la contaminación plástica, pero también ha significado un reto económico considerable para el sector. El hecho de que los costos se hayan duplicado plantea la necesidad de un mayor acompañamiento gubernamental para que estas medidas no solo sean sostenibles ambientalmente, sino también financieramente. Sin embargo, la verdadera contradicción radica en que, pese a estos esfuerzos, la gestión de residuos sigue siendo deficiente, como señala Christian Muñoz Tapia, presidente de la Canirac en Edomex, si al final del proceso los desechos terminan mezclados sin un manejo adecuado, la efectividad de estas prohibiciones se diluye. Es imprescindible que existan programas eficaces de separación y reciclaje que garanticen que estos nuevos insumos realmente cumplan su propósito.

Christian Muñoz Tapia Foto: Alejandro Vargas
Christian Muñoz Tapia Foto: Alejandro Vargas

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