La llegada de Azucena Cisneros Coss como la primera alcaldesa electa de Ecatepec representa un cambio histórico, pero también un enorme reto. Con un gobierno en crisis y un panorama desalentador que incluye deudas laborales por 400 millones de pesos, conflictos con trabajadores del organismo de agua potable y una grave carencia de patrullas, la edil ha reconocido que "se sacó la rifa del tigre". Aunque asegura tener una estrategia operativa y el respaldo de la Guardia Nacional y la policía estatal, el éxito de su gestión dependerá de su capacidad para enfrentar estas emergencias sin perder de vista las demandas de los ciudadanos. Mientras tanto, el anterior alcalde, Fernando Vilchis, asume una diputación que le otorga fuero, lo que puede interpretarse como una maniobra para evadir responsabilidades por la crisis que dejó tras su administración. Este contraste entre los problemas que hereda Cisneros y la aparente inmunidad de Vilchis resalta la necesidad de mayor rendición de cuentas en la política local.
La crisis de Santo Tomás
La toma de protesta de Ismael Matías Domínguez como alcalde suplente de Santo Tomás de los Plátanos simboliza un intento de normalidad institucional en medio de una grave crisis. La fuga de Pedro Luis "N", investigado por secuestro y presuntos vínculos con la Familia Michoacana, deja un vacío de confianza en las autoridades locales. Este episodio no solo resalta problemas de seguridad y corrupción, sino que también cuestiona la efectividad del Operativo Enjambre y las capacidades del sistema judicial y policial para prevenir hechos tan alarmantes como la evasión de un alcalde en funciones. Aunque Matías Domínguez promete honestidad y transparencia, su administración inicia bajo una sombra de incertidumbre. La credibilidad de esta administración dependerá no solo de palabras, sino de resultados palpables frente a esta compleja situación.
Y siguen sin pagar aguinaldo
Las manifestaciones de más de 150 trabajadores de Ocuilan frente a Palacio de Gobierno del Estado de México, sumándose a las recientes protestas en Toluca y Ecatepec, evidencian una crisis generalizada de gestión financiera en los municipios del estado. La exigencia de sueldos y prestaciones no pagados refleja no solo la precariedad laboral en estos gobiernos locales, sino también un problema estructural en la administración pública que afecta directamente a los trabajadores y sus familias. La intervención de la gobernadora Delfina Gómez Álvarez es vista como la última esperanza para resolver una situación que se ha vuelto insostenible. El responsable ahora es Wilfrido Pérez Segura, quien ya se va y deja caos alrededor. Este tipo de conflictos pone en tela de juicio la planeación presupuestal de los municipios y la supervisión estatal de los recursos públicos.
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