El vertedero a cielo abierto en el ejido de Santa Rosa, donde se han acumulado al menos 90 toneladas de basura, representa un grave riesgo ambiental y de salud pública para los habitantes de El Oro. La cercanía del tiradero con los manantiales de la zona hace urgente su saneamiento antes de la temporada de lluvias, pues los lixiviados podrían contaminar fuentes de agua que abastecen a la comunidad. La demanda de los ejidatarios es legítima: no se puede permitir que la negligencia municipal, encabezada por Ely Peñaloza, siga afectando el equilibrio ecológico y la calidad de vida de la población. Más allá del retiro inmediato de los desechos, el problema de fondo es la falta de una política integral de manejo de residuos en el municipio. Bloquear el paso de los camiones recolectores es una medida desesperada de los vecinos ante la inacción de las autoridades, pero no resuelve el problema estructural.
Pavimentación en 100 días
El anuncio del gobierno de Ecatepec, encabezado por Azucena Cisneros, de repavimentar 100 calles en los primeros 100 días de su administración responde a una de las demandas más urgentes de la ciudadanía. Durante años, la falta de mantenimiento ha convertido las vialidades del municipio en un caos de baches y grietas que dificultan la movilidad, dañan vehículos y generan riesgos para peatones y conductores. Sin embargo, más allá de la cantidad de calles intervenidas, lo fundamental será garantizar la calidad de las obras, evitando reparaciones superficiales que solo sirvan como soluciones temporales. Es clave que los trabajos sean supervisados para evitar prácticas de corrupción o materiales de baja calidad que provoquen que las calles vuelvan a deteriorarse en pocos meses.
Se une la zona oriente
La decisión de los gobiernos municipales de Chimalhuacán, Chalco, Chicoloapan, Ixtapaluca, Los Reyes La Paz, Nezahualcóyotl, Texcoco y Valle de Chalco de coordinar estrategias de seguridad es un paso urgente y necesario para enfrentar los delitos de alto impacto en la zona oriente del Valle de México. Durante años, esta región ha sufrido altos índices de robo, homicidio y violencia sin que las respuestas individuales de cada municipio sean suficientes. La colaboración entre administraciones permitirá compartir información, recursos y operativos conjuntos que refuercen la vigilancia en una de las zonas más densamente pobladas del país. Sin embargo, para que esta estrategia funcione, es indispensable que no se quede en el papel ni en simples declaraciones de voluntad. La falta de coordinación entre corporaciones, la corrupción dentro de los cuerpos de seguridad y la insuficiencia de tecnología y capacitación han sido históricamente obstáculos para una verdadera reducción de la delincuencia. La estrategia debe ser integral.
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