La decisión del gobierno de Los Reyes La Paz, encabezado por la alcaldesa Martha Guerrero, de rentar 50 patrullas para reforzar la vigilancia, es una medida que apunta directamente a los puntos más críticos del municipio. Con una clara estrategia territorial, se distribuirán 20 unidades tipo sedán en el centro, incluyendo cuatro destinadas a la Policía de Género, y 30 camionetas pick up para las zonas cerriles, como Lomas de San Sebastián y Lomas de San Isidro, donde la incidencia delictiva ha ganado terreno. La acción, aunque reactiva, refleja una intención clara de recuperar el control de zonas que durante años han sido foco rojo. Sin embargo, la renta de patrullas, más que una solución de fondo es un parche temporal que revela una constante: la precariedad estructural de muchas policías municipales. La seguridad no puede depender de contratos temporales ni de respuestas a corto plazo.

El necesario “Hoy no Circula” en Valle de Toluca
Los datos son tan claros como preocupantes: en el primer trimestre de 2025, la Zona Metropolitana del Valle de Toluca apenas respiró aire limpio durante 15 días. Los otros 75 estuvieron marcados por altos niveles de partículas PM10 y PM2.5, responsables de múltiples enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Este panorama refuerza la urgencia de medidas como el “Hoy No Circula”, impulsado por Alhely Rubio, titular de la Secretaría del Medio Ambiente, que busca contener una crisis que ya no es invisible ni silenciosa. Pero el reto va más allá de restringir la circulación vehicular. La contaminación en el Valle de Toluca exige una política ambiental integral que incluya transporte público eficiente, control industrial, reforestación urbana y educación ambiental.

De nuevo Naucalpan
La mañana en Hacienda de Echegaray fue sacudida por una intensa balacera que dejó, de forma preliminar, un civil muerto y un policía herido. Vecinos, alarmados por las detonaciones, no tardaron en reportar los hechos. La violencia irrumpió en una zona residencial que, hasta hace poco, se consideraba relativamente segura, revelando la creciente fragilidad de la tranquilidad en Naucalpan. Este hecho no solo enciende las alertas vecinales, sino que exige una respuesta inmediata y contundente por parte de las autoridades. El alcalde Isaac Montoya tiene ante sí un desafío mayúsculo: no basta con condenar los hechos, sino que debe reforzar la estrategia de seguridad con acciones visibles y eficaces. Lo ocurrido en Echegaray es un recordatorio crudo de que la delincuencia ha rebasado límites que antes parecían impensables. La ciudadanía necesita más que patrullajes reactivos; exige presencia constante, inteligencia operativa y, sobre todo, resultados que devuelvan la paz a las calles del municipio.

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