La decisión del edil de Toluca, Juan Maccise, de estacionar una patrulla dentro de los emblemáticos portales para "resolver" el problema de un vehículo que previamente invadió este espacio es tan irónica como preocupante. En lugar de diseñar e implementar medidas estructurales o estrategias efectivas que impidan futuras transgresiones, el edil optó por replicar la misma conducta que intentaba evitar. Este acto no solo evidencia una preocupante falta de creatividad y compromiso en la solución de problemas públicos, sino que también envía un mensaje contradictorio y confuso sobre el respeto al patrimonio y las normas cívicas. La imagen de la patrulla en el corazón de los portales no disuade a los infractores; al contrario, normaliza el desorden en un espacio que debería ser ejemplo de orden y cuidado. Resolver el caos con más caos no es gobernar, es improvisar, y Toluca merece mucho más que respuestas simbólicas y decisiones precipitadas.
Y sigue Ecatepec mostrando el cobre
La gestión de Fernando Vilchis como edil de Ecatepec, que ahora ostenta el cargo de diputado, está dejando una herencia cargada de conflictos y deudas que ponen en evidencia la fragilidad administrativa de su gobierno municipal. Con mil 783 juicios laborales activos, de los cuales 345 están en etapa de laudo y requerimiento de pago por un valor de más de 356 millones de pesos, el panorama financiero que enfrenta el municipio es alarmante. A esto se suman las protestas de trabajadores municipales por la falta de pago de aguinaldos y primas, reflejo de una administración incapaz de garantizar derechos laborales básicos. Estos problemas son el resultado de una gestión que parece haber privilegiado la imagen política sobre la estabilidad institucional, dejando a Ecatepec en una situación de vulnerabilidad financiera y social. Como si esto no fuera suficiente, la administración de Vilchis también falló en la distribución de dos programas sociales, lo que agravó la percepción de abandono entre los sectores más necesitados de la población.
El “derecho de piso”
La reciente vinculación a proceso de dos personas por exigir “cobro de piso” a un carnicero de Naucalpan, representa un pequeño triunfo en la lucha contra la extorsión en el Estado de México. Sin embargo, mientras la Fiscalía General de Justicia mexiquense celebra este logro, los informes de extorsión y violencia continúan multiplicándose en municipios como Toluca, Sultepec, Texcaltitlán y Almoloya de Juárez. Enfrentamientos entre pobladores y grupos criminales, así como los linchamientos de presuntos extorsionadores, reflejan una sociedad cansada de la impunidad y dispuesta a tomar la justicia por sus propias manos. El derecho de piso no solo asfixia la economía local, sino que también alimenta el caos social.
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