La promesa de austeridad en la administración pública local ha marcado el inicio de la gestión de Nicolás Martínez como presidente municipal de Atlacomulco. En su primer discurso, anunció una reestructuración profunda que incluye la reducción de personal en el ayuntamiento, una medida que refleja su compromiso con la eficiencia y el manejo responsable de los recursos públicos. Según datos oficiales, el gobierno local cuenta con una plantilla laboral de mil 300 empleados, una de las más amplias del Estado de México. Este recorte, más allá de su impacto inmediato en la nómina, pretende liberar recursos que podrán ser redirigidos a proyectos esenciales para mejorar la calidad de vida de los habitantes del municipio. Sin embargo, la implementación de esta medida de austeridad no está exenta de retos y controversias. Aunque la racionalización del gasto es una acción necesaria en un contexto de finanzas municipales apretadas, el despido de personal podría generar tensiones sociales y cuestionamientos sobre los criterios de selección para los recortes.
Cuenta regresiva para San Felipe del Progreso
Una promesa ambiciosa que pone en juego la confianza de los ciudadanos. El alcalde Jaime Torres inició su gestión con la remodelación exprés de la plaza principal de San Felipe del Progreso y prometió que estará lista en menos de ocho días para las festividades patronales. Este arranque apresurado, sin detallar el monto de inversión, refleja un intento de marcar un comienzo contundente. Sin embargo, la prisa con la que se planea la obra plantea dudas sobre la calidad de los trabajos y la sostenibilidad de las mejoras, especialmente en aspectos clave como el alumbrado y las fuentes. Los ciudadanos observarán con lupa este primer compromiso, que podría definir la percepción sobre la gestión de Torres. El reloj corre y la presión crece para la nueva administración. Más allá de la remodelación, el alcalde enfrenta un desafío simbólico: demostrar que puede cumplir.
Ecatepec… en un bache
El estado de las vialidades en Ecatepec refleja años de desatención y mala administración. Con el 80% de las calles afectadas por baches o socavones, la movilidad diaria se convierte en un desafío que impacta la economía, la calidad de vida y la seguridad de los ciudadanos. La nueva administración encabezada por Azucena Cisneros Coss enfrenta este grave rezago con el programa “Bachetón”, un esfuerzo que busca reparar la carpeta asfáltica de las vialidades primarias y secundarias. Sin embargo, el problema no solo radica en la cantidad de calles afectadas, sino en la limitada infraestructura con la que cuentan: dos máquinas asfaltadoras, una de las cuales fue desvalijada por la administración pasada, lo que retrata el abandono institucional. Un hecho que llama la atención es el hallazgo de material asfaltado, valorado en 5 millones de pesos, que fue pagado por la gestión anterior pero nunca utilizado. Una más del ahora diputado Fernando Vilchis.
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