Situado en Asia, al oriente de la cordillera del Himalaya, rodeado por China, India y Nepal, el pequeño Reino de Bután atesora enormes montañas, entre ellas, una a la que llaman Gangkhar Puensum (7,570 metros), nombre que significa “El pico blanco de los tres hermanos espirituales”, cuya cima no ha sido conquistada o, al menos, no se tiene registro de ello.
El cálculo de su altitud fue determinado en 1963 por el geólogo suizo Augusto Gansser. Aunque, en realidad, no se ha podido corroborar plenamente, ya que desde 2004 quedó prohibido su ascenso y el de cualquier otra elevación mayor a seis mil metros de altura, pues sus leyes están basadas en el budismo tibetano, que las considera sagradas, hogar de divinidades y espíritus.
No obstante, en el transcurso de 1985 a 1994, se permitieron cuatro expediciones, mismas que fracasaron, ya sea por dificultades técnicas para ubicar con precisión dicha cumbre (en un territorio con tantas montañas), pasando por problemas de salud (edemas pulmonares), hasta condiciones meteorológicas adversas (intensas nevadas y/o amenaza de avalanchas).
Incluso, por la vertiente china, un grupo japonés solicitó subirla en 1998, pero se les revocó el permiso de último momento, por las constantes disputas territoriales en esa zona; primero entre el Reino de Bután con el Tíbet y, ahora, con China (si se considera la ocupación del gigante asiático desde 1950), por la posesión plena de esta codiciada montaña, también han contribuido a impedir que se escale.
Este singular país, que prácticamente pasa desapercibido para el resto del mundo, a pesar de los avances tecnológicos y las posibilidades de comunicación en la actualidad, se caracteriza por sus fascinantes paisajes naturales, así como sus admirables monasterios y templos, los cuales remiten a un pasado remoto.
Además, el Reino de Bután, celoso de su cultura y su patrimonio natural, no desestima el turismo, pero digamos que desanima al típico trotamundos de mochila, tan habitual en Nepal, por ejemplo, ya que estableció un impuesto de cien dólares estadounidenses diarios, lo que lo convierte en el destino más caro del orbe.
En conclusión, ya sea por cuestiones religiosas, políticas o de carácter económico, la cumbre de esta gran montaña se mantiene virgen e inaccesible, no solo por su ubicación remota y el desafío que implicaría lograr su conquista, sino porque demuestra la voluntad de un pueblo (y su gobierno) orgulloso de sus tradiciones y creencias, profundamente respetuoso de su entorno natural y, sobre todo, consciente de la importancia de conservarlo.
Así que, esta semana, desde Druk Yul (la tierra del dragón del trueno), el nombre nativo con el que se conoce también al Reino de Bután, el llamado de la montaña hace eco de aquellos principios y valores que nos pueden llevar a la reconciliación con el planeta, pues como bien dijo el poeta y activista Gary Snyder: “La naturaleza no es un lugar para visitar, es nuestro hogar”.
Brújula. Nuevamente, el rumbo informativo nos traslada al Pico de Orizaba (5,636 metros). Un grupo de 23 paracaidistas del Ejército Mexicano hicieron cumbre y concluyeron así su curso de Operaciones de Alta Montaña, Búsqueda y Rescate. En este espacio, hemos referido la necesidad de profesionalizar todas las actividades relacionadas con el montañismo, con mayor razón tratándose de quienes tienen por misión proteger y servir a su nación en cualquier terreno y bajo cualquier condición. ¡Enhorabuena!
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