Quienes la conocieron aseguran que poseía esa pasión auténtica por materializar lo inalcanzable, por rozar los bordes de lo imposible. Ella siempre recordaba aquellos primeros paseos con su padre disfrutando de la naturaleza como el origen de su vocación por el montañismo. La historia registra que, entre otros logros, se convirtió en la cuarta mexicana en conquistar el Everest (8 mil 848 metros), en mayo del 2002.

Antes lo habían logrado Elsa Ávila, Karla Wheelock y Badia Bonilla. Carmen lo hizo junto con tres compañeros: Jorge Hermosillo, Demetrio Carrasco y Javier Salazar. Además, aquel grupo obtendría sin apoyo de sherpas el primer ascenso colectivo nacional al coloso del Himalaya.

Lo que representa un mérito aún mayor, sobre todo ahora que dicha cumbre tiene precio y quien lo paga confía en ser llevado a la cima con foto del recuerdo incluida. Pero no siempre fue así.

Nadie sueña semejante proeza y se levanta al día siguiente para cumplirla. Con dos décadas de experiencia en la práctica del montañismo dentro y fuera del país, había concretado uno de sus anhelos: alcanzar la cima del “techo del mundo”.

Durante ese tiempo, aprendió, practicó, mejoró y compartió su conocimiento y experiencia como guía. Primero en el Club de Exploraciones de México A.C., (CEMAC) Central y después en la sección Toluca, de la cual fue cofundadora.

Su trayectoria abarcó tres décadas de expediciones intensas que la llevaron a coronar las diez cumbres más altas del continente americano, las cuales se ubican en Chile, Argentina y Perú́. También consiguió cinco de las siete cimas continentales: Everest (Asia), Aconcagua (América del Sur), Denali (América del Norte), Kilimanjaro (África), Monte Elbrús (Europa).

En 1999, participó en el Eco-Challenge Patagonia, Argentina. Era la única mujer en el equipo de cuatro atletas del CEMAC México, que enfrentaron una de las competencias con mayor demanda física y psicológica a nivel internacional, la cual se realizaba en formato de expedición.

Cada grupo debía completar un recorrido de 500 kilómetros, durante varios días, apoyándose únicamente con mapa y brújula, combinando una gran variedad de deportes de aventura, tales como senderismo, bicicleta de montaña y progresión con cuerdas. El representativo finalizó clasificado en el sitio 32.

Justo hoy, cuando se conmemora el Día Internacional de la Mujer, el llamado de la montaña rinde homenaje a Carmen Peña Monroy, mujer montañista mexicana, quien supo abrirse paso en un medio -hay que reconocerlo- marcadamente masculino y minoritario hasta nuestros días.

Después de una larga lucha contra el cáncer, Peña Monroy murió en noviembre de 2012. Su vida y ejemplo siguen inspirando a las nuevas generaciones. Ella, al igual que Edurne Pasaban -la primera mujer en lograr la cumbre de las catorce montañas más altas del mundo en el 2010-, demostraron que la montaña no entiende de sexos.

Cuánta razón tiene el legendario alpinista Reinhold Messner: “En la vida vale más lo que haces, no lo que tienes”.

Brújula.- El rumbo informativo nos ubica esta semana en las laderas del volcán Tupungato (6,570 metros), en la cordillera de los Andes. Atrapada en el hielo, quedó al descubierto la mochila de Guillermo Vieiro, quien había fallecido en 1985, tras alcanzar la cima por la cara este, considerada la ruta más complicada.

En días pasados, cuarenta años después, las hijas de aquel montañista argentino pudieron recuperar las pertenencias de su padre; previamente, se habían rescatado dos carretes de película Super 8, lo que les permitió conocer los últimos momentos de su padre. Una auténtica cápsula del tiempo.

Síguenos en nuestras redes sociales:

Instagram: , Facebook: y X: .

Google News

TEMAS RELACIONADOS