El cuidado y protección de los menores de edad en cualquier parte del mundo representa asegurar su crecimiento, así como su desarrollo hacia el futuro, por lo que es fundamental que desde la sociedad en conjunto con las autoridades colaboremos en beneficio de las infancias.

De acuerdo con la organización internacional Save the Children, la explotación infantil es un término que incluye tanto el trabajo forzoso como la explotación sexual, así como el reclutamiento de niños soldado o la esclavitud doméstica.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México viven 38.2 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 0 y 17 años de edad. Un grupo de población que representa al 30 por ciento de la población total del país.

A nivel global se tiene registrado que alrededor de 85 millones de niños y niñas son víctimas de alguna forma de explotación infantil. Un delito que constituye una de las violaciones de derechos humanos más graves que los adultos pueden ejercer sobre las niñas y niños. Sin embargo, en lo que respecta a nuestro país no existen cifras concretas sobre el número de menores que son o han sido víctimas de delitos.

Para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el trabajo y la explotación infantil es resultado de múltiples causas y tienen como denominador común la pobreza y las situaciones de vulnerabilidad social. El que las familias no dispongan de recursos suficientes o donde el cabeza de familia sufra una enfermedad o esté ausente, conlleva circunstancias que pueden empujar a los niños y niñas al trabajo infantil.

En lo que respecta a la clasificación de este delito, Save the Children tiene identificadas 7 formas de explotación infantil:

La trata infantil es un negocio que genera 23 millones y medio de euros al año. Un delito que se promueve debido a importantes grados de marginación, la globalización y la consecuente demanda de mercancías con una mano de obra barata que requiere de trabajadores menores de edad.

En relación a la explotación sexual; unos 1.8 millones de niños en todo el mundo son explotados sexualmente con fines comerciales. Asimismo, se ha ubicado que hasta unos 300 mil niños y niñas menores de 15 años están relacionados de algún modo con las fuerzas armadas como niños soldados en guerras que se desarrollan en Angola, Afganistán, Sierra Leona o Sudán del Sur.

Respecto al matrimonio infantil, se calcula que durante la próxima década 100 millones de niñas serán forzadas a casarse antes de cumplir los 18 años.

En naciones como India, Nepal, Pakistán y Bangladesh se identificó el trabajo infantil forzoso por endeudamiento. Un tipo de explotación en la que el menor contrae una deuda con su patrón y es obligado a trabajar hasta que pague lo que debe.

Mientras que realizar trabajos forzosos en minas y en la agricultura, es una realidad para 200 mil niños y niñas que trabajan en las minas de África occidental y para un millón de menores en las minas y canteras de Asia y Sudamérica. Y alrededor de 132 millones de niños y niñas menores de 15 años en todo el mundo se relacionan con actividades agrícolas.

Finalmente, dentro de la esclavitud doméstica están relacionados más de 40 millones de niños y niñas que trabajan como empleados domésticos, quienes sufren castigos como golpes, flagelaciones y quemaduras.

Para evitar y reducir estas cifras se requerirán de acciones contundentes por parte de las autoridades a fin de establecer sistemas de identificación y protección especiales para los niños y niñas, para evitar la vulneración de sus derechos. Los menores de edad son el futuro de las naciones.

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