En la música, como en tantos otros espacios, ser mujer ha sido una lucha constante. No basta con el talento ni con la dedicación, hay que demostrar el doble, soportar el escrutinio constante y enfrentarse a una industria que todavía las trata como excepciones en lugar de protagonistas. Por eso, cada 8 de marzo, además de marchar y protestar, es importante recuperar las historias que desafían el olvido.
Una de esas historias es la de Kim Gordon, fundadora de Sonic Youth y una de las figuras más influyentes del rock alternativo. Su libro "La chica del grupo" no es solo una autobiografía, sino un testimonio de resistencia y resiliencia en un mundo que nunca se lo puso fácil.
Ser “la chica” en el mundo de la música
Desde el título, Gordon pone sobre la mesa la etiqueta que la persiguió durante años: "la chica del grupo". No importaba que fuera una de las mentes creativas detrás de Sonic Youth, que su bajo y su voz dieran identidad a la banda, que sus ideas marcaran el rumbo del noise y el punk experimental. Para muchos, siempre fue “la chica”, como si su presencia en el rock necesitara una justificación.
En el libro, Gordon no solo habla de su paso por la música, sino de todo lo que implica ser mujer en un entorno diseñado para los hombres. Narra cómo la industria la trató con condescendencia, cómo la prensa le preguntaba sobre su ropa en lugar de su música, cómo la maternidad fue vista como un obstáculo y cómo, tras su divorcio con Thurston Moore, muchos se apresuraron a retratarla como una figura trágica, en lugar de reconocer su fuerza.
La traición de Moore, quien sostuvo una relación paralela durante años, no solo marcó el fin de su matrimonio, sino también el de Sonic Youth. Gordon tuvo que reconstruirse desde cero, ya sin la banda que la acompañó durante décadas.
El 8M y la lucha por un espacio propio
Cada 8M nos recuerda que la batalla por la equidad no ha terminado. En la música, las mujeres siguen enfrentando barreras. En los festivales, los carteles están dominados por hombres. En la industria, las ejecutivas y productoras son minoría. En los medios, el trabajo de las mujeres aún se analiza desde estereotipos de género.
Kim Gordon lo vivió en carne propia al emprender su carrera solista. La crítica no siempre la trató con justicia. Algunos medios la vieron como una artista que intentaba prolongar su relevancia en lugar de reconocerla como la creadora que siempre fue. Pero su disco "No Home Record" (2019) dejó claro que no necesitaba validación ajena. Su música siguió siendo disruptiva, cruda y honesta.
La historia de Kim Gordon se parece a la de muchas mujeres que, dentro y fuera de la música, han tenido que luchar para ser tomadas en serio. Su libro es un recordatorio de que resistir es un acto de rebeldía y de que la resiliencia no significa solo soportar, sino transformar.
Leer "La chica del grupo" este 8M es más que una recomendación: es una invitación a cuestionar, a reivindicar y a seguir exigiendo espacios donde las mujeres no sean “las chicas del grupo”, sino protagonistas de sus propias historias.
Síguenos en nuestras redes sociales:
Instagram: @eluniversaledomex, Facebook: El Universal Edomex y X: @Univ_Edomex