La cultura de la donación de órganos en el Estado de México logró avances en 2024: fueron mil 356 procuraciones de órganos y tejidos realizadas por la Secretaría de Salud estatal, junto con 104 trasplantes de donadores cadavéricos y 68 de donadores vivos. La dependencia encabezada por Macarena Montoya logró buen balance pues además se abrió el primer laboratorio de Histocompatibilidad con una inversión de 4.5 millones de pesos. Este centro determina en ocho horas la compatibilidad genética entre donantes y receptores. El reto ahora es mantener las cifras y que la cultura del donante se incremente entre los mexiquenses: aunque la disposición a donar ha aumentado en algunos lugares, muchas personas no formalizan su decisión mediante registros oficiales, lo que dificulta el acceso a órganos en situaciones críticas.
El pasado que se arrastra
El hospital de Santiago Acutzilapan en Atlacomulco representa una herida abierta en la historia de promesas incumplidas del Estado de México. Lo que inició en 2012 como un proyecto para transformar la calidad de vida de una comunidad marginada, hoy es un monumento al abandono y la desidia gubernamental. Es la herencia de Eruviel Ávila, viejo priista, nuevo integrante del Partido Verde y comparsa de Morena. Tuvo una inversión inicial de 15 millones de pesos y un presupuesto que escaló hasta los 100 millones y su estado actual es una estructura incompleta y desolada, refleja el impacto tangible de las fallas estructurales en la planeación y ejecución de políticas públicas. Lástima que el exgobernador de Ecatepec ya esté en el mismo bando.
Fiestas contaminantes
Si la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, encabezada por Alhelí Rubio, ya sabe que cada 25 de diciembre y 1 de enero la calidad del aire empeora drásticamente por actividades humanas, la pregunta obligada es: ¿qué están haciendo para prevenirlo? Identificar el problema no basta si las acciones para mitigarlo son inexistentes o insuficientes. Año tras año, se repite el mismo patrón, con consecuencias directas en la salud de la población y el medio ambiente. Es preocupante que se permita la quema de llantas, residuos y pastizales, además del uso masivo de pirotecnia, sin estrategias efectivas para reducir estos impactos. Si los factores meteorológicos agravan la situación, ¿por qué no implementar campañas de sensibilización contundentes, controles estrictos y alternativas responsables para las celebraciones?
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