La campaña "Limpiemos Nuestro EdoMex", lanzada por la Gobernadora Delfina Gómez Álvarez en agosto de 2024, ha demostrado un impacto tangible en la limpieza de calles, avenidas y espacios públicos del Estado de México. La recolección de 10 mil neumáticos y mil 810 toneladas de basura es un logro significativo. Sin embargo, el éxito de esta iniciativa pone de relieve un problema persistente: la falta de una cultura sólida de manejo de residuos y la necesidad de políticas preventivas a largo plazo. Aunque la limpieza es un paso importante, no se abordan en profundidad las causas estructurales que permiten que la basura continúe en las calles. Para lograr una transformación real, es necesario complementar estas acciones con campañas de concientización sostenibles, incentivos para el reciclaje y sanciones para quienes no cumplan con la disposición adecuada de desechos.
Una sucia tradición
Las malas condiciones ambientales se han convertido en una preocupante tradición cada fin de año en el Estado de México donde la alta concentración de partículas contaminantes obliga a declarar contingencias ambientales. Este inicio de año no fue la excepción, con una Fase I de Contingencia Ambiental que evidencia la inacción de las autoridades para abordar de manera efectiva la problemática de la contaminación atmosférica. Alhelí Rubio, secretaria del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, tiene el reto para las siguientes fiestas decembrinas. Si bien las contingencias buscan mitigar el impacto inmediato, no abordan las causas estructurales de esta crisis ambiental recurrente. Es urgente implementar medidas más firmes, controles más estrictos, educación ambiental constante y la promoción de alternativas menos contaminantes para las celebraciones, a fin de transformar estas fechas festivas en una oportunidad para la convivencia responsable con el medio ambiente, en lugar de perpetuar una tradición dañina.
Menores en delitos
La participación de menores de edad en delitos graves como robo, homicidio, feminicidio y secuestro en el Estado de México revela una profunda crisis social y de seguridad que debe ser atendida con urgencia. No se trata solo de menores involucrados en actos aislados, sino de un patrón alarmante que incluye su reclutamiento por parte de grupos delictivos organizados. Las declaraciones del secretario de Seguridad Estatal, Cristóbal Castañeda, ponen de manifiesto la problemática. Existe la permisividad en torno al consumo temprano de alcohol y drogas, así como la existencia de espacios que facilitan esta conducta. Es imprescindible que las autoridades desarrollen un enfoque integral para enfrentar esta situación que combine la prevención del delito con la atención a las causas estructurales que llevan a los menores a la delincuencia. La solución requiere un compromiso real y sostenido por parte de las instituciones, las familias y la comunidad en su conjunto.
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