La felicidad de Humberto Benítez Treviño al ver a su hijo como presidente del Colegio de Notarios y a un aliado cercano, Fernando Díaz, como interino del Tribunal Superior de Justicia, ejemplifica cómo las redes de poder del antiguo PRI se mantienen vigentes. A pesar de los cambios de partido, estas figuras logran adaptarse y conservar influencia, especialmente en el Estado de México, donde la estructura priista histórica parece haberse reciclado dentro de Morena. Este fenómeno evidencia que, más allá de los discursos de transformación, las dinámicas de poder local se mantienen prácticamente intactas. Esto refuerza la percepción de que la transición de poder es más un relevo cosmético que una ruptura real con el pasado que subraya la necesidad de una ciudadanía vigilante que demande rendición de cuentas y reformas estructurales que trasciendan los nombres o colores de los partidos.
Trabajo pendiente en el ISEM
La protesta del personal médico del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) pone en evidencia la falta de atención a los derechos laborales en el sector salud, un problema recurrente que afecta la estabilidad y calidad del servicio público. La demanda de renovación de contratos y la basificación de plazas refleja la precariedad en la que trabajan profesionales esenciales como nutriólogos, promotores y trabajadores sociales, quienes, a pesar de cumplir con los requisitos establecidos, no han sido reconocidos. Esta situación exige una respuesta inmediata y efectiva por parte de Macarena Montoya, titular de la Secretaría de Salud estatal, quien debe garantizar que los procesos administrativos sean transparentes y justos, así como priorizar el bienestar de quienes sostienen el sistema de salud estatal. La responsabilidad de Montoya no solo radica en atender las demandas de los trabajadores afectados, sino en evitar que estas problemáticas se repitan.
¿Era necesario?
La entrega de más de 29 mil cobertores por parte del DIFEM es, sin duda, una acción que responde a las necesidades de los sectores más vulnerables ante la temporada invernal. Sin embargo, la decisión de incluir el eslogan del gobierno de Delfina Gómez en estos apoyos es cuestionable, ya que politiza una acción que debería mantenerse como un acto de servicio público, alejado de cualquier intención propagandística. Ni siquiera los gobiernos priistas, históricamente señalados por usar recursos públicos para promoción política, llevaron estas prácticas a ese nivel de visibilidad en acciones de asistencia social. La inclusión del eslogan resta credibilidad a los esfuerzos institucionales por atender a la población. El bienestar de los mexiquenses no debe convertirse en moneda de cambio para el capital político.
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