La tala incontrolada en los bosques de Ocuilan es una muestra alarmante de cómo la ausencia de vigilancia facilita la destrucción ambiental. La libre circulación de talamontes por la carretera Toluca-Cuernavaca, tras el retiro del destacamento de seguridad estatal, encabezada por Cristobal Castañeda, dejó la zona vulnerable a la depredación forestal. Esta omisión gubernamental no sólo permitió la explotación indiscriminada de los recursos naturales, sino que también puso en riesgo la biodiversidad y el equilibrio ecológico de la región. Las comunidades indígenas, directamente afectadas por este ecocidio, han tenido que alzar la voz para exigir medidas concretas y efectivas. El reciente despliegue de 18 elementos de seguridad tras una manifestación en el Día Internacional de los Bosques es un paso, pero insuficiente frente a la magnitud del problema. La SSEM se comprometió a enviar 35 efectivos, incluyendo miembros de la Guardia Nacional y la SEDENA, lo que evidencia que la presión social es clave para obtener respuestas. Sin embargo, la vigilancia debe ser permanente.
A buscar la continuidad
La iniciativa "Mi parcela no se quema" es un avance crucial en la prevención de incendios forestales en el Estado de México, que desde hace años encabeza el número de ellos a nivel país. Bajo la dirección de María Eugenia Castañeda Rojano, la Secretaría del Campo ha capacitado a mil 865 agricultores en prácticas agroecológicas para reducir la quema agropecuaria, una técnica tradicional pero altamente riesgosa. Para que esta estrategia tenga un impacto duradero, es fundamental garantizar su continuidad y expansión. La capacitación debe llegar a más productores y complementarse con incentivos para adoptar prácticas sustentables. Además, las autoridades deben reforzar la vigilancia y aplicar sanciones a quienes insistan en el uso del fuego sin control. La prevención de incendios no puede depender solo de la buena voluntad de los agricultores, sino de una política integral que combine educación, apoyo técnico y normativas claras.
Jornadas Difem
Las Jornadas DIFEM representan un esfuerzo significativo para acercar los programas de asistencia social a quienes más lo necesitan en el Estado de México. En poco más de un año, esta estrategia ha llegado a 50 municipios, beneficiando a más de 31 mil personas, lo que refleja un compromiso real con la atención a grupos vulnerables. La directriz es de la titular Karina Labastida Sotelo, Para que este esfuerzo tenga un impacto duradero, es necesario que no sean solo una medida asistencialista, sino parte de una estrategia integral de desarrollo social. Además de la entrega de apoyos, es fundamental impulsar programas de capacitación, empleo y salud preventiva que permitan a las familias salir de la vulnerabilidad de manera sostenible. La continuidad de estas jornadas dependerá de la capacidad de coordinación con los municipios también.
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