El anuncio de que el 100% de las escuelas mexiquenses estarán libres de comida chatarra para el inicio del ciclo escolar 2025-2026 marca un paso decisivo en la promoción de la salud infantil. La urgencia con la que el secretario de Educación, Miguel Ángel Hernández Espejel, plantea esta medida es comprensible: la obesidad y las enfermedades relacionadas con la mala alimentación siguen en aumento entre los menores. Sin embargo, el éxito de esta iniciativa dependerá no solo de la prohibición de productos ultraprocesados, sino de la implementación de alternativas saludables y de una estrategia educativa que fomente hábitos nutricionales sostenibles en los estudiantes.Más allá de la regulación en las escuelas, este esfuerzo debe ir acompañado de una corresponsabilidad entre familias, autoridades y el sector privado. Sin un acceso asequible a alimentos nutritivos y campañas de concientización efectivas, la eliminación de la comida chatarra podría quedarse en una medida simbólica sin impacto real en la salud de los alumnos.
Feminicidios en duda
El hallazgo de irregularidades en el registro de carpetas de investigación por feminicidio en la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, encabezada por José Luis Cervantes Martínez, pone en duda la veracidad de las cifras oficiales y la efectividad de las estrategias de seguridad. Si algunos casos no están debidamente registrados o llevan meses sin avances, la supuesta disminución de feminicidios podría no ser resultado de un mejor desempeño institucional, sino de una manipulación administrativa que invisibiliza la realidad de la violencia de género en la entidad. La transparencia y la rendición de cuentas son esenciales para que las víctimas y sus familias obtengan justicia y para que la ciudadanía confíe en las instituciones. Si la falta de registro y seguimiento de las carpetas es un problema recurrente, las Mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz y otras estrategias oficiales pierden legitimidad.
Cuidar a los cuidadores
El Plan de Cuidados del Estado de México 2025-2029 es una apuesta ambiciosa para atender a personas cuidadoras y a los grupos vulnerables que requieren apoyo. Karina Labastida Sotelo, directora general del DIFEM, ha enfatizado que el éxito de este sistema dependerá de la coordinación efectiva entre las seis dependencias estatales involucradas. Sin embargo, más allá del diseño de políticas, es crucial que esta iniciativa cuente con los recursos necesarios y mecanismos de supervisión que garanticen su cumplimiento, evitando que se convierta en una promesa sin impacto real en la vida de quienes más lo necesitan. Además, la implementación de este plan debe reconocer el trabajo de las personas cuidadoras, muchas de las cuales realizan esta labor en condiciones precarias y sin reconocimiento formal. Labastida Sotelo ha señalado que este esfuerzo no puede recaer en un solo nivel de gobierno, lo que hace aún más importante que se establezcan compromisos claros y acciones medibles.
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