La reciente manifestación de trabajadores del ISSEMYM pone en evidencia el profundo deterioro de las condiciones laborales en el Instituto y la inacción de su director, Ignacio Salgado García. No sólo se enfrentan al incumplimiento de pagos, sino también a un entorno laboral deplorable que afecta directamente la calidad de los servicios ofrecidos a los derechohabientes. Esta situación, lejos de ser aislada, se suma al malestar expresado hace unas semanas por pensionados y pensionistas, lo que refleja un problema sistémico dentro de la institución. La incapacidad para atender las demandas básicas de quienes sostienen el funcionamiento del ISSEMYM no solo es alarmante, sino que mina la confianza en su liderazgo y en la capacidad del sistema para garantizar el bienestar de sus trabajadores y usuarios. La falta de respuesta por parte de las autoridades no solo agrava la crisis, sino que deja entrever una insensibilidad preocupante ante el colapso inminente del sistema.

Ignacio Salgado García / Foto: Especial
Ignacio Salgado García / Foto: Especial

Camino a las urnas

La emisión de la convocatoria para la conformación del Comité de Evaluación del Poder Legislativo, anunciada por Francisco Vázquez Rodríguez, marca un paso importante en el avance del proceso electoral judicial. Este órgano, crucial para garantizar la transparencia y equidad en la selección de los próximos jueces y magistrados, tiene como misión evaluar perfiles con rigor y apego a la legalidad. El contexto político que rodea este proceso no puede ser ignorado. La elección judicial ha sido motivo de intensos debates entre actores políticos y sectores de la sociedad, ya que el diseño del comité y los ajustes en las vacantes podrían percibirse como maniobras que beneficien a ciertos grupos de poder. Frente a esta situación, es imperativo que tanto la Junta de Coordinación Política como las demás instancias involucradas prioricen la construcción de un proceso transparente y participativo.

Francisco Vázquez Rodríguez / Foto: Jorge Alvarado
Francisco Vázquez Rodríguez / Foto: Jorge Alvarado

Y hablando de elección

La elección del nuevo rector en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) sigue envuelta en una neblina de opacidad. Aunque se argumenta que el voto es personal, nominal, directo y secreto, el diseño de las reglas del juego limita la participación de la comunidad universitaria a través del filtro del Consejo Universitario, donde las decisiones suelen reflejar más los intereses de grupos de poder que las verdaderas necesidades de la institución. Esta dinámica centralizada, que ahora determinará al sucesor de Carlos Barrera Díaz, no sólo restringe la pluralidad, sino que perpetúa un sistema en el que la transparencia y la inclusión quedan relegadas al discurso, mientras que la realidad apunta hacia prácticas políticas poco democráticas. Por ahora, el silencio de los aspirantes, quienes en los pasillos ya se perfilan como los candidatos "elegidos" por el sistema, refuerza las críticas hacia un modelo que prioriza acuerdos en lo oscuro sobre un debate público abierto y participativo. Viejas estructuras de gobernanza.

Carlos Barrera Díaz/ Foto: Especial
Carlos Barrera Díaz/ Foto: Especial

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