Hoy, seguro ya lo saben, es 2 de marzo. Una fecha que pudiera parecer común para nosotros (a menos que sea tu cumpleaños, claro), excepto en el mundo de la música y, en especial, el jazz. Hace 66 años se grabó, en un par de sesiones, uno de los discos más representativos e icónicos de la historia. Así que, como decía la enorme Silvia Pinal: acompáñenme a leer esta (no triste) historia.
Corría el año de 1959. Miles Davis se encontraba en la cumbre de su carrera artística y cada disco que publicaba era considerado por la crítica como sorpresivo e inigualable, al grado en que mucha gente pensó que había alcanzado su mayor capacidad expresiva. No obstante, a principios de aquel año grabó el que probablemente ha llegado a ser el álbum más influyente en la historia del jazz. Me refiero a Kind of Blue.
A inicios de ese año, tras un largo periodo de incubación que le permitió esbozar el material que pretendía grabar, Miles regresó al estudio de grabación acompañado por un grupo excepcional de músicos: Julian “Cannonball” Adderley, John Coltrane, Paul Chambers, Jimmy Cobb, Wynton Kelly y Bill Evans.
A Davis le bastaron 10 horas, distribuidas en dos grabaciones, el 2 de marzo y el 22 de abril de 1959, para dar vida a su obra maestra. Estas sesiones se llevaron a cabo en Nueva York, en el clásico e ilustre estudio de Columbia Records, construido sobre una antigua iglesia armenia, por lo que sus salas recubiertas de madera ofrecían una acústica extraordinaria. Gracias a la destreza de aquellos músicos y a la inspiración de Davis, el primer día se grabaron 3 piezas: "So What", "Freddie Freeloader" y "Blue in Green", mientras que en la sesión que tuvo lugar a fines de abril se obtuvieron "Flamenco Sketches" y "All Blues".
Algunas melodías fueron grabadas en una sola toma, algo inusual incluso en esa época. Probablemente, Miles aprendió esto de Charlie Parker, quien sostenía que los solos más creativos y dinámicos surgían en las primeras tomas. Fue así como aquellos temas nacieron de la improvisación, pero también de la experimentación modal, basada en escalas, una técnica que Davis había practicado con la banda sonora de "Ascensor para el cadalso", de Louis Malle, y en el álbum Milestones.
Desde su lanzamiento en 1959, Kind of Blue no ha dejado de venderse, convirtiéndose, no solo en un gran éxito comercial sino en una de las grandes obras de la música de todos los tiempos. Si eres un coleccionista de vinilos, busca la reedición a color de 180 gramos que ahora se vende a buen precio. O Miles Davis y Kind of Blue. La creación de una obra maestra de Ashley Kahn, al igual que Miles. La autobiografía de Quincy Troupe, ambos libracos en ALBA Editorial.
El propio Bill Evans escribió en la contraportada del disco:
“Existe un arte visual japonés en el que el artista está en la obligación de ser espontáneo. Debe pintar sobre un fino pergamino, con un pincel especial y tinta negra, con el cuidado de que una pincelada no interrumpa la línea o traspase el pergamino. No hay lugar para borrones o cambios. La disciplina a la que los artistas se someten es la de permitir que la idea se exprese a sí misma en comunicación con sus manos de forma tan directa que no pueda interferir la reflexión.”
Y Kind of Blue es una copia al carbón de este arte.
IG: @doppelgaenger18 X: @Doppelgaenger18
Síguenos en nuestras redes sociales:
Instagram: @eluniversaledomex, Facebook: El Universal Edomex y X: @Univ_Edomex.