El desarrollo de Morena en el Estado de México ha sido relativamente rápido. Apenas un sexenio y dos periodos legislativos fueron suficientes para su consolidación como primera fuerza política estatal.

Este partido tiene aproximadamente 10 años de presencia formal en la entidad más poblada del país. Aunque fue fundado en 2011, en el Estado de México se estableció formalmente como una fuerza política en 2014, cuando comenzó a participar en elecciones locales.

En 2021, logró obtener la gubernatura del estado, lo que marcó un hito importante en su presencia política aquí, pues fue el primer partido diferente al PRI en obtenerla.

Desde entonces, Morena ha trabajado en fortalecer su estructura interna y en establecer una base sólida de apoyo popular a través de programas sociales y políticas públicas que encuentran resonancia en las necesidades de la población. Además, la figura de líderes locales y la cercanía con la ciudadanía han sido clave para su crecimiento, pues aglutinaron liderazgos locales que habían sido ignorados o devaluados por los partidos tradicionales.

Sin embargo, la competencia con otros partidos, como el PRI y el PAN puede ser aún un riesgo, y el clima político en el estado puede variar. La capacidad de Morena para mantener su influencia dependerá de su desempeño en la gestión gubernamental y su habilidad para responder a las demandas de los ciudadanos.

Pero también es necesaria la consolidación de este partido como una fuerza política con unidad y disciplina, que abra oportunidades de crecimiento a los políticos jóvenes que vienen empujando, en busca de una oportunidad de crecer.

Ya los partidos tradicionales demostraron que no abrir oportunidades a las nuevas generaciones y pretender que las mismas familias y grupos se repartan los espacios es un error.

El avance de Morena en el Estado de México ha sido rápido y exitoso, logrando pasar de ser un partido emergente a convertirse en la fuerza política dominante en menos de una década, ellos saben que eso representa también un riesgo, si no se consolidan.

Durante estos años, hemos atestiguado luchas internas y guerras de poder que han sido intensas y en más de una ocasión amenazaron el proyecto de la 4T en nuestra entidad.

Aquellos primeros gobiernos municipales en los que las disputas internas fueron el peor enemigo, en los que abrieron las puertas a liderazgos que no cumplieron con las promesas al pueblo ni con la lealtad a sus orígenes.

Hay ya un grupo de políticos jóvenes, que siguen las directrices de los líderes originales del partido en el estado de México, que se están aglutinando para aprovechar lo que hasta hoy se ha construido en Morena y sentar las bases para convertirse en una verdadera fuerza política.

La última trinchera

En las áreas de comunicación social de los ámbitos gubernamentales locales hay una interesante transición en los años recientes en la que los liderazgos femeninos han logrado ganar espacios.

Son opciones que debieron abrirse para ellas hace tiempo, pues han demostrado profesionalismo y capacidad, pero el poderío de ciertos grupos cerró el paso a quienes no eran de su agrado.

Hoy, por fin, pareciera que las mujeres profesionales, preparadas, trabajadoras e inteligentes abrimos al fin las puertas y es hora de crecer.

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