Aunque históricamente encontramos mujeres jugando papeles relevantes o siendo referencia en casi todas las grandes civilizaciones de la humanidad, en política, en el arte o la ciencia, aún hay una gran deuda con ellas.
Por ello el 8M es un día de protesta, de movilizaciones y catarsis, pero también debiera ser el motivo para reflexionar y actuar sobre el peor cáncer que las aqueja: la violencia en todos sus tipos.
Este año, la fecha tiene como lema “Para todas las mujeres y niñas: Derecho. Igualdad. Empoderamiento”, lo cual nos invita a ver hacia las próximas generaciones, con las niñas, adolescentes y jóvenes como protagonistas del cambio y consolidación de esas tres condiciones.
Pero llegamos a la conmemoración con datos del Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública, que revelan que entre enero y noviembre de 2024, en todo México fueron asesinadas 733 mujeres, siendo el Estado de México el que registró el mayor número de casos, con 66.
De ahí que hace unos días, la Secretaría de Seguridad estatal haya dado a conocer mapas de georreferenciación de las 110 colonias más peligrosas para las mujeres en la entidad, ubicadas en los once municipios que cuentan con declaratoria de Alerta de Violencia de Género: Chalco, Chimalhuacán, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Ixtapaluca, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Toluca, Tultitlán y Valle de Chalco.
De esas demarcaciones, Ecatepec incluso creó un gabinete especializado en violencia de género y búsqueda, reconociendo que en lo que va del año han registrado 200 casos de violencia hacia mujeres.
A este gran pendiente, también debemos agregar que aún no se conoce la estrategia gubernamental ante la aprobación del aborto en noviembre pasado, que causó gran revuelo como victoria de las colectivas feministas y un gran paso para los derechos de la mujer en la entidad.
A la fecha no hay campañas de orientación ni prevención, mucho menos información de los sitios seguros para practicar la interrupción legal del embarazo, salvo tres clínicas del ISSSTE -dos en Ecatepec y una en Tultitlán-, exclusivas para derechohabientas.
En otros terrenos, está próxima la renovación de la rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México y todo es propicio para que llegue una mujer, como incluso lo deslizó la presidenta Sheibaum en enero, en un evento realizado en Palacio Nacional ante rectores, entre ellos el eventual saliente de la máxima casa de estudios mexiquense.
De igual modo está abierta la posibilidad de que la entidad pueda tener una presidenta del Poder Judicial, surgida del proceso electoral inédito que se vivirá.
Por eso, es tiempo de reflexionar sobre los preceptos de derecho, igualdad y empoderamiento, entendiéndolo no como la idea de que las mujeres estén por encima de los hombres, sino de lograr una sociedad donde ellas sean plenamente libres y capaces de tomar sus propias decisiones, desarrollarse en cualquier escenario con toda seguridad, sin hostigamiento o acoso, con respeto a sus derechos y en equidad de oportunidades.