El viernes pasado se difundió una fotografía de la gobernadora Delfina Gómez, donde se le ve salir de Palacio Nacional tras reunirse con la presidenta Claudia Sheinbaum. Con la sencillez habitual de su vestimenta, se nota una mochila de tela, estampada con cuadros de Mafalda, que sujetaba con la izquierda mientras hablaba con los medios de comunicación.

Fue una reunión fructífera, previa al arranque de un ambicioso proyecto para abatir el rezago en la zona oriente del Estado de México en materia de salud, agua, drenaje, vivienda y movilidad. Sin duda una deuda pendiente para los más de 10 millones de habitantes de esta región.

“¿Por dónde hay que empujar este país para llevarlo adelante?” es una famosa frase de Mafalda, llena de complejidad y que invita a la reflexión. Si la trasladáramos al Estado de México, el punto de partida bien podría ser el oriente de la entidad, que por décadas ha crecido entre el desorden y el desafío de la conurbación.

Qué irónico que fuera la eterna niña de 6 años, preocupada por las noticias y esperanzada en la paz mundial, quien vistiera el bolso con los proyectos que se han de llevar a cabo en esta zona de tantos problemas y rentabilidad política.

Y qué mejor lugar para anunciar el plan, que el otrora gran bastión perredista-izquierdista de la entidad, Nezahualcóyotl. Un mensaje de poder.

Ahí estuvieron los presidentes municipales de Chimalhuacán e Ixtapaluca, por muchos años signo de marginación y dominio antorchista. Estuvieron la presidenta municipal electa de Ecatepec y el de Texcoco, tierras de gobernadores.

También los alcaldes electos de La Paz, Chicoloapan, Chalco y Valle de Chalco, localidades de alta complejidad urbana, donde Mafalda exclamaría: “¿Mandamos todos los días un padre para que esa maldita oficina nos devuelta esto?”, en alusión a los titánicos traslados de quienes viven ahí.

Es de suponer que además de los municipios representados en el anuncio, esté contemplada la treintena que conforman “la patita del Estado de México”. Desde Ecatzingo hasta Nopaltepec, incluyendo la región de los volcanes y la de Teotihuacán. Tierras que vieron nacer a Sor Juana Inés de la Cruz, a Gabriel Ramos Millán, a Nezahualcóyotl, cuna de las posadas y donde se vivió el esplendor teotihuacano.

Ojalá el proyecto devuelva la grandeza a estos pueblos, y que a la par se generen condiciones para el desarrollo industrial y empresarial; que la gente no tenga que trasladarse horas para trabajar, estudiar o divertirse. Así lo querría Mafalda.

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