Recientemente fue publicada la convocatoria para renovar la persona titular de la rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), una noticia de interés estatal y nacional. A propósito de este evento, vale la pena reflexionar sobre el papel que ha desempeñado la universidad pública más grande del Estado de México y los retos que enfrenta ante un presente desafiante para las juventudes del país.
Con datos de la universidad, se tiene que, para el ciclo de estudios profesionales 2023-2024, de los 53 mil aspirantes que realizaron examen de admisión, el 36 por ciento fue aceptado y el 33 por ciento se inscribió en el primer año. Respecto al género, se detecta una diferencia interesante durante el primer año: mientras que cerca de 8 mil hombres fueron aceptados para estudios profesionales, 11 mil mujeres lo hicieron.
En el informe de labores de 2023, el rector de la UAEMéx señaló una matrícula histórica de 96 mil estudiantes: 23 mil a nivel preparatoria, 68 mil a nivel universidad y 4 mil a nivel posgrado. ¿Es una cifra acorde para la entidad más poblada del país?
Para responder la cuestión, es necesario abordar las políticas educativas desde una perspectiva integral, pues la deserción obedece a diversas causas, como la pandemia sanitaria de la COVID-19. Al respecto, es de reconocerse esfuerzos como el Programa “Regresa a la UAEMéx” que persigue incorporar a estudiantes que abandonaron sus estudios de bachillerato y de estudios profesionales por ese motivo.
La universidad tiene presencia en 27 municipios del Estado de México a través de centros universitarios, unidades académicas y planteles de educación media superior. Con ello, la universidad sigue siendo la mejor opción para atender la complejidad geográfica del Estado de México, aunque no suficiente para atender la densidad poblacional de municipios como Ecatepec, Valle de México, Cuautitlán Izcalli, Tlalnepantla o Chimalhuacán.
Respecto a la matrícula por campo de formación académica tenemos un claro predominio de las Ciencias Sociales, Administración y Derecho: 52%; le siguen las Ciencias Naturales, exactas y de la computación: 11%; Artes y Humanidades: 6.8%; y agronomía y veterinaria: 4.5%. Estos datos reflejan uno de los retos de la universidad pública más importante del Estado de México y una de las más relevantes del país, y que tiene que ver con los cambios que están ocurriendo en los campos de la tecnología y de la ciencia de datos. Lo mejor que podemos hacer es demandar por universidades que se adapten a esta realidad.
En una carrera que será intensa por la titularidad de la rectoría de la universidad, suenan ya nombres de académicas y académicos en los que habrá que poner el mayor escrutinio público posible. El tamaño de la responsabilidad del cargo que se disputa así lo amerita. El o la futura rectora habrá de definir las políticas académicas, de vinculación y también de investigación que tendrán un impacto para miles de estudiantes, así como personal docente.
La forma en que se de tan relevante elección también será una muestra de independencia y autonomía de agentes externos, lo que sin duda importa luego de escándalos que han socavado su prestigio con capítulos tan vergonzosos como la llamada “Estafa Maestra”. De igual manera, el sexo del o la titular también será un mensaje poderoso: el que llegue una mujer a la rectoría de la UAEMéx podría fortalecer políticas de equidad de género dentro de la universidad y un entorno más seguro para trabajadoras, académicas y alumnas.
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