México, al igual que otros países expulsores de migrantes hacia Estados Unidos, enfrenta un reto mayúsculo ante las amenazas del 47° presidente del país vecino, Donald Trump, quien ha regresado a un segundo mandato con una agresiva agenda bajo el brazo.
Uno de los elementos básicos para poder enfrentar con éxito el regreso de migrantes a su lugar de origen es tener una comprensión real del fenómeno.
En el caso de la migración de mexicanos, existen numerosas estadísticas que dan cuenta de un fenómeno multifactorial que se ha concentrado en un solo país como su punto de origen, derivado en gran medida de una vecindad territorial que nos une ineludiblemente con Estados Unidos.
Se calcula que 12 millones, es decir, 97 por ciento de la población mexicana migrante reside en Estados Unidos (Anuario de Migración y Remesas México). Sabemos también que, de los 12 millones de migrantes mexicanos, 4.1 millones eran migrantes no documentados en 2023. (Current Population Survey).
De acuerdo con el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), los Estados de la Unión Americana con mayor presencia de mexiquenses en 2023 son California (21%), Texas (19%) e Illinois (14%), mientras que las ciudades con mayor concentración de mexiquenses son Chicago (15%, Los Ángeles 9%) y Dallas (7%).
Según la misma fuente de información, la población mexiquense migrante que solicitó matrículas en consulados de Estados Unidos proviene de Tejupilco, Nezahualcóyotl, Ecatepec de Morelos, Tlalnepantla y Tlatlaya, los cuales representan poco más de la tercera parte de los trámites, aunque Toluca, la capital de la entidad, también destaca con 4.3% de los trámites.
De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria (SEGOB), en 2024 los eventos de devolución de mexicanas y mexicanos desde Estados Unidos, según entidad federativa (Estado de México) suman un total de 15,976 personas. A nivel nacional, esta cifra fue de 190,491 mexicanos que regresaron el año pasado.
El gobierno de la presidenta Sheinbaum anunció el arranque de la Estrategia “México te Abraza” la cual se basa en tres ejes principales: la asistencia y protección consultar; la recepción y apoyo en los seis estados fronterizos; así como reintegración para atender las necesidades básicas de la población de retorno.
Se trata de una estrategia que requiere la coordinación eficaz y eficiente por parte de los gobiernos estatales; por su puesto, por parte del Estado de México, que, a pesar de ser la entidad federativa más poblada del país, tiene “un grado muy bajo de intensidad migratoria” a Estados Unidos, según el índice de CONAPO (2020).
El gobierno federal y los estatales y municipales tienen elementos para dimensionar el posible número de repatriados, lo que les permite estar preparados para acciones inmediatas. Es indispensable también recolectar datos demográficos y logísticos durante su recepción en los centros de atención que se ubicarán en seis estados fronterizos.
Contar con información objetiva sobre el retorno de migrantes mexiquenses habilitará de mejor manera a las autoridades a responder otro tipo de cuestiones que tienen que ver con el proceso de reintegración de esta población que, en algún momento de su vida, migró a Estados Unidos en búsqueda de mejores oportunidades.
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