El futbol es como la vida. Ya sé que no hace falta que te lo repita porque es algo que siempre digo: “no es justo”. Cuando la pelota rueda queremos disfrutar, pero sin responsabilidades y tarde o temprano terminamos errando. El futbol es una abstracción de la vida y yo a vos te extraño.

Tras el pitazo inicial, tú lo sabes mejor que nadie, no escuchamos a nuestros entrenadores, como en los pasillos de la escuela no pelamos a los maestros y orientadores. Qué te digo de la casa, pensamos que papá y mamá no saben nada de la vida, cuando lo único que quieren es protegernos de las malas experiencias que han sufrido.

Metiste un hat-trick el fin de semana pasado y ya estás por las nubes, pero no pierdas el piso (de nuevo). Que no se te quite esa sonrisa de niño cuando correteas la pelota, pero tampoco le creas a esos aduladores oportunistas que ven en ti a quién pagará la cuenta mientras la noche se alarga. No, no cometas ese error de nuevo.

Hoy te sale todo, aunque algún día dijiste “la próxima será” cuando nada salía bien, aunque la única certeza que tenemos es que no hay garantías de tomar la mejor decisión y es que a veces pateamos a puerta cuando debimos asistir al compañero, y no hablo del futbol. Porque siempre es más fácil bloquear que sentarnos a analizar qué pasó y cómo lo podemos solucionar.

Yo sé que tú sabes que te equivocaste muchas veces y que las noches en Guadalajara eran más largas que en Toluca, por eso hoy vuelves a ser un crack en el equipo que te vio nacer. Pero no pasa nada, ¿te imaginas que siempre jugaras bien, que siempre anotaras e hicieras las cosas perfectas? No, en la vida, como el futbol, se madura superando los errores, los desamores y por mucho que duela la pelota siempre seguirá rodando. Porque lo perfecto, de existir, sería insoportable.

Tanto la vida como el futbol, siempre nos da segundas oportunidades para hacer mejor lo que no hicimos bien en un principio. Hay que venir de atrás y darle la vuelta a las cosas y tú, Alexis, estás en un buen momento para hacer lo que ya nadie espera que hagas, ¡no te desanimes! Pero tampoco te confíes. Sé constante, sé paciente, sé feliz y busca el sueño europeo con base en tu buen futbol.

P.D. No importa cuántas veces te caíste, sino cuántas veces te puedes levantar y volver a brillar sobre la yerba, porque cada partido es una nueva oportunidad y, como en la vida, hay que ir día a día para demostrar que un error no te define.

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