Bastó un solo día tras la confirmación del triunfo electoral de Donald Trump en Estados Unidos para que el Bitcoin se disparara más de un 30%. Otras criptomonedas y stablecoins también registraron un incremento significativo. Trump declaró que estaba "abierto a considerar las criptomonedas como parte de la economía estadounidense", aunque no dijo reemplazar el dólar. Lo cierto es que su administración ha propuesto la creación de una reserva estratégica de criptomonedas para su país y convertirse así en una potencia económica mundial. La pregunta clave es: ¿Por qué las criptomonedas parecen ocupar un lugar central en la agenda de Trump?
Una explicación lógica es la influencia política y financiera de la industria cripto en las recientes elecciones. De los nuevos miembros del Congreso, 53 (casi uno de cada diez) recibieron apoyo para sus campañas por parte del sector cripto. Por ejemplo, Fairshake, un comité de acción política (PAC) ligado a esta industria, gastó aproximadamente 139 millones de dólares en 58 contiendas, con un éxito del 91%. Coinbase aportaron 50 millones de dólares a comités políticos, mientras que Ripple (emisora de XRP) invirtió 48 millones.
Más allá de estos intereses económicos, también existe una estrategia geopolítica en juego. Estados Unidos parece estar apostando por convertirse en el país hegemónico en el mundo de las criptomonedas, buscando que sus activos digitales hereden el poder económico que actualmente tiene el dólar. Algunos analistas han comparado este movimiento con un nuevo "Bretton Woods" basado en Bitcoin o en otras criptomonedas. En el acuerdo original de 1944, el dólar estadounidense se estableció como la moneda de referencia mundial, respaldada por oro. En un sistema similar basado en criptomonedas, Bitcoin podría funcionar como activo de reserva global, con una oferta limitada y descentralizada que sustituiría al oro como referencia de estabilidad financiera. Esto podría garantizarle a Estados Unidos una posición dominante en la economía digital del futuro.
El impulso de las criptomonedas en Norteamerica también está respaldado por un Congreso donde más de 300 legisladores de ambos partidos se identifican como "pro-cripto" y están promoviendo leyes favorables para facilitar el uso e intercambio de estas monedas. Como parte de esta tendencia, Trump ha designado a David Sacks como su "zar de las criptomonedas" ha sido un fuerte defensor de la adopción de Bitcoin y la descentralización financiera. Paul Atkins, excomisionado de la SEC y crítico de la sobrerregulación del sector financiero, también ha sido nombrado asesor clave para la regulación de criptomonedas.
En este contexto conviene preguntarnos: ¿Qué harán los países que aún no han adoptado criptomonedas? ¿Nos encaminamos hacia un sistema financiero global basado en Bitcoin? Y quizá lo más relevante: ¿Quién o qué determinará el valor de estos activos digitales? La respuesta a estas preguntas podría definir el futuro de la economía mundial y las transacciones internacionales. El tiempo lo dirá.
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