Atlacomulco, Méx. La inseguridad en Atlacomulco ha llevado a sus habitantes a tomar medidas por cuenta propia para proteger sus hogares, negocios y vehículos ante la creciente ola de robos y asaltos.
Ante lo que consideran una falta de respuesta oportuna de las autoridades, los vecinos de diversas colonias han implementado estrategias de vigilancia vecinal, que incluyen el monitoreo de actividades sospechosas y grupos de WhatsApp en los que se reportan incidentes en tiempo real.
La inseguridad ha crecido y ya no podemos esperar a que las autoridades reaccionen. Nosotros mismos hemos tenido que organizarnos para vigilar y alertarnos en caso de que ocurra algo sospechoso”.
Habitante
Este tipo de organización ha tomado especial fuerza en colonias como El Calvario, donde los vecinos han colocado mantas en las esquinas con mensajes de advertencia para quienes intenten cometer delitos en la zona.
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El problema, sin embargo, no se limita a un solo punto del municipio. En otras zonas, como el centro de Atlacomulco y las colonias Rancho Santo Domingo y San Martín, comerciantes y residentes han denunciado un aumento en los robos a casa habitación, el desmantelamiento de autos estacionados y los asaltos a negocios.
Uno de los sectores más afectados por esta crisis de seguridad es el comercio local. Dueños de tiendas, pequeños negocios y establecimientos de servicio han sido blanco de delincuentes que, en algunos casos, actúan con violencia.
“Eran dos sujetos. Uno entró como cualquier cliente, tomó algunas cosas y, cuando se acercó al mostrador, sacó un arma blanca y después se salió”, relató Luis N, propietario de una tienda de abarrotes en la zona centro, quien fue víctima de un asalto a mano armada dentro de su propio local.
“Fue frustrante porque uno espera que la autoridad actúe rápido, pero en ese tiempo los ladrones ya se habían ido y nadie hizo nada”, señaló mientras recordaba que en el momento del asalto no había ninguna patrulla cerca y que, tras llamar a la policía, la respuesta tardó más de 20 minutos.
“Uno ya no sabe en quién confiar. Los comerciantes estamos muy vulnerables, y por eso nos estamos organizando. No queremos hacer justicia por nuestra cuenta, pero sí queremos evitar más asaltos”, agregó.
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Tras el incidente, el comerciante decidió unirse a los grupos vecinales de vigilancia y estar en contacto con otros comerciantes para alertarse en caso de detectar situaciones sospechosas.
Casos como el de Luis han generado un ambiente de temor entre los comerciantes, quienes piden a las autoridades mayor presencia policial y operativos de vigilancia más eficaces.
Para muchos habitantes, la desconfianza en las autoridades ha sido el principal motivo para organizarse por su cuenta. Aunque la Dirección de Seguridad Pública de Atlacomulco ha señalado que se han implementado operativos en puntos estratégicos del municipio, los vecinos consideran que la vigilancia sigue siendo insuficiente.
Hemos reportado varias veces que hay personas sospechosas merodeando en las calles, pero cuando la patrulla llega, si es que llega, ya no hay nadie. La delincuencia sabe cómo moverse y nosotros seguimos en peligro”.
Vecina de la colonia Rancho Santo Domingo
La falta de resultados ha generado indignación entre la ciudadanía, que exige a las autoridades municipales mayor presencia de elementos de seguridad y estrategias que realmente frenen la incidencia delictiva. Algunos habitantes han manifestado su intención de cerrar calles durante la noche para evitar la entrada de personas ajenas a sus colonias, aunque temen represalias legales por estas acciones.
Ante la presión social, la Dirección de Seguridad Pública de Atlacomulco ha puesto a disposición una línea telefónica para recibir denuncias de manera inmediata y fortalecer la proximidad con la comunidad. El objetivo, según las autoridades, es agilizar la respuesta policial y brindar mayor tranquilidad a los ciudadanos.
“De nada sirve que tengamos un número para llamar si las patrullas no llegan a tiempo o si no hacen nada cuando encuentran a los sospechosos. Queremos soluciones reales, no solo un teléfono”, criticó un habitante de San Martín.
Sin embargo, los vecinos consideran que esta medida es insuficiente si no se acompaña de una estrategia integral de seguridad.
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“No queremos enfrentarnos con los delincuentes, pero tampoco podemos seguir esperando a que nos roben sin hacer nada. Vamos a seguir organizándonos, porque si no nos cuidamos entre nosotros, nadie más lo hará”, afirmó un residente de El Calvario.
A pesar de los esfuerzos de la policía municipal, la sensación de inseguridad sigue latente en Atlacomulco, y los vecinos han dejado en claro que no bajarán la guardia
Mientras tanto, los comerciantes continúan trabajando con miedo, y los habitantes de Atlacomulco esperan que las autoridades municipales cumplan con su deber de garantizar la seguridad en el municipio. En un panorama donde la delincuencia parece ganar terreno, la organización vecinal se ha convertido en la única herramienta de defensa de la ciudadanía.
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