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Toluca, Méx. Dana Villarreal, una apasionada bailarina y psicóloga de 34 años, se ha convertido en un referente en el mundo del baile inclusivo al fundar Dance on Wheels, un estudio especializado en clases de baile y ejercicio para personas en silla de ruedas, que hasta el momento es un espacio pionero en México.
Su historia está marcada por un accidente que transformó su vida y la motivó a crear un espacio donde personas con discapacidad puedan no solo bailar, sino también ganar confianza y mejorar su bienestar físico y emocional.
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Desde pequeña, Dana practicó ballet, pero fue en 2019, después de un accidente mientras competía en un concurso nacional, que su vida tomó un giro inesperado. Una lesión en el pie la dejó varios meses en silla de ruedas, una experiencia que le permitió sentir de cerca las dificultades que enfrentan las personas con movilidad reducida.
Durante ese tiempo, la empatía y la reflexión sobre la discapacidad se convirtieron en elementos clave en su vida, lo que la impulsó a buscar una forma de ayudar a otros.
Cuando estuve en silla de ruedas, sentí el significado profundo de la palabra empatía”.
Dana Villarreal
“Me empecé a topar con situaciones que las personas con discapacidad viven todos los días. Fue entonces cuando me propuse hacer algo para cambiar esa realidad”.
Con la intención de hacer realidad su sueño, Dana comenzó a contactar a personas en silla de ruedas y, gracias a un contacto, comenzó a impartir clases. En 2020, con el inicio de la pandemia, las clases presenciales fueron reemplazadas por sesiones virtuales, lo que permitió que su proyecto creciera rápidamente.
En cuestión de meses, alumnos de diferentes partes de México, como: San Luis Potosí, Querétaro, Puebla y Ciudad de México, se unieron a sus clases en línea.
Un espacio inclusivo que transforma vidas
En Dance on Wheels, las clases no solo se enfocan en mejorar la condición física de los participantes, sino también en su bienestar emocional. Dana ha sido testigo de historias conmovedoras de cómo sus alumnos, al encontrar un espacio donde pueden bailar y ejercitarse sin restricciones, experimentan mejoras significativas en su vida diaria.
Gracias a las clases, he ganado fuerza en el abdomen, ahora puedo vestirme solo, ponerme los zapatos y hasta subir una rampa. Física y emocionalmente, me siento mucho más capaz”.
Alumno
Las clases están abiertas a personas de todas las edades, desde los ocho años hasta personas de 70 años, y se adaptan a las necesidades y capacidades de cada uno.
“Tenemos alumnos de diferentes edades y niveles, y lo más impresionante es ver cómo todos encuentran su lugar y, lo más importante, cómo se ha creado una comunidad sólida y un ambiente familiar”, explica Villarreal.
Expansión y visibilidad en medios
Lo que comenzó como una pequeña iniciativa en 2019, hoy se ha convertido en un referente de inclusión a nivel nacional. Dana actualmente imparte clases a personas de 14 estados de la República Mexicana, entre ellos Monterrey, Zacatecas, Veracruz, Ciudad de México, Toluca, Pachuca, San Luis, Querétaro y León. Además, Dana y su equipo ha sido invitado a participar en programas como Venga la Alegría y ha colaborado con el Ballet Teletón, donde montó una coreografía para un evento especial.
También han sido organizadores de un evento anual que reúne a alumnos de todo el país, con talleres, presentaciones y actividades que buscan tanto el desarrollo físico como emocional de los participantes. Este evento tiene la colaboración de varios patrocinadores, entre ellos el Gobierno de Querétaro y empresas como Rexona y el DIF.
El futuro del proyecto
Dana asegura que su proyecto no solo ha cambiado la vida de quienes participan, sino que también ha abierto una puerta a nuevas oportunidades. “Cuando me preguntan por qué me metí en el mundo del baile en silla de ruedas, mi respuesta siempre es la misma: por empatía. Quiero ayudar a otras personas a descubrir lo que la danza puede hacer por ellas, y cómo este tipo de ejercicio puede transformar tanto el cuerpo como la mente.”
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En cuanto a sus planes a futuro, Dana tiene claro que quiere seguir expandiendo el alcance de Dance on Wheels. Con la posibilidad de ofrecer clases personalizadas y paquetes para todos los presupuestos, sigue buscando nuevas formas de hacer que más personas puedan beneficiarse de este espacio inclusivo.
Un corazón para bailar
Para Dana, la filosofía de Dance on Wheels es clara: “Para bailar solo se necesita el corazón.” Las clases, que incluyen calentamientos, ejercicios de fuerza, cardio, abdominales y, por supuesto, mucha danza, se adaptan a las necesidades de cada persona, tanto de manera individual como en grupos.
Las clases se imparten de lunes a jueves, de 19:00 a 20:00 de la noche, y en ocasiones, se organizan sesiones presenciales una vez al mes.
Dance on Wheels no solo es un lugar donde las personas aprenden a bailar, sino un espacio donde la inclusión y la superación personal van de la mano. La pasión de Dana y su dedicación a la causa siguen impulsando su misión de crear un mundo más accesible para todos, independientemente de su discapacidad.
Para más información, se pueden consultar sus redes sociales: @dance.onwheels en Instagram, Facebook y TikTok, o llamar al número 442 425 8739.
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