Por Jorge Alvarado
Zinacantepec, Mex. El corredor gastronómico "El Periquito", en Zinacantepec es una propuesta que fusiona la tradición culinaria de la región con un homenaje a la historia local.
Este espacio está compuesto por 10 vagones de tren, cada uno dedicado a un giro específico de comida y ofrece a los visitantes una experiencia culinaria única que conecta la cultura, los sabores y la historia.
Los visitantes no solo disfrutan de una amplia variedad de platillos, sino que también se sumergen en la tradición del ferrocarril que, hace más de un siglo, fue esencial para el desarrollo de la región.
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El nombre "Periquito" hace referencia al tren que, en el siglo XIX, conectaba Toluca con San Juan de las Huertas, un pueblo perteneciente a Zinacantepec.
Este ferrocarril, conocido por su color verde oscuro, facilitaba el transporte de productos agrícolas y pecuarios, y más tarde comenzó a ser utilizado para el traslado de personas.
"El Periquito" fue un ícono en la zona, no solo por su color distintivo, sino también por el impacto que tuvo en la economía local y conectar comunidades y fomentar el comercio.
Con el tiempo, el tren dejó de operar debido a la Revolución Mexicana, pero su legado ha perdurado en la memoria colectiva.
La idea de recrear este símbolo del transporte ferroviario en un corredor gastronómico busca mantener viva la historia mientras ofrece una experiencia moderna que celebra los sabores de la región.
El corredor gastronómico no solo es un espacio para disfrutar de la comida típica, sino también un punto de encuentro cultural que atrae tanto a los locales como a los turistas.
Cada uno de los vagones del "Periquito" tiene una temática culinaria diferente: desde tacos y sopes hasta platillos más sofisticados que fusionan ingredientes tradicionales con nuevas propuestas.
Además, en este corredor se pueden encontrar artesanías locales, lo que refuerza el concepto de sostenibilidad y apoyo a los productores y artesanos.
Este corredor tiene un impacto positivo en la economía local, al atraer tanto a turistas nacionales como internacionales. Además, genera nuevos empleos y promueve el consumo de productos locales.
Con cada visita, los turistas no solo disfrutan de la cocina, sino que también aprenden sobre la historia del "Periquito", cuyo legado ahora se reinventa como un espacio de convivencia, historia y sabor.
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